Quentin Tarantino, el soltero recalcitrante, se casó anoche con la modelo Daniella Pick (34) en Los Ángeles. La pareja se conoció en 2009 mientras el cineasta promocionaba ‘Malditos bastardos’ en Israel, de donde es oriunda la desposada, y se comprometieron el año pasado. Para ambos es su primera boda, aunque Quentin cuenta para sus 55 años con un ambicioso curriculum amatorio, o amoroso, según se mire.
Mantuvo relaciones durante dos años con Mira Sorvino (que le puso al corriente de las experiencias extrasensoriales del malvado de Weinstein y poco hizo Quentin -de lo que se ha arrepentido-).También estuvo con la actriz y directora Sofia Coppola; y con las actrices Julie Dreyfus (ojo, no confundir con Julie Louis Dreyfus); Kathy Griffih, Margaret Cho y la australiana de origen turco, Didem Erol.
Pero sin duda, a parte de Mira Sorvino, su idilio más llamativo fue el que mantuvo con Uma Thurman, a quien siempre calificó como ‘Su musa’, llegando a declarar que todo lo suyo fue platónico. En aquel tiempo la actriz estaba casada con Ethan Hawke (padre de dos de sus hijos), de quien se separó al cabo de poco: ella alegó que él salía con la modelo Jen Perzow y él, que ella se lo montaba con Tarantino.
Volviendo a la boda, se trató de una ceremonia íntima seguida de un importante recepción en el Mr. Chow, uno de los restaurantes más reputados de Beverly Hills. La novia, que llevaba un vestido de Dana Harel que costumizó con una corona de flores al estilo de Marta Ortega, es hija de Svika Pick, toda una leyenda de la música pop israelí, un camino que ella misma siguió antes de decidirse a ser modelo e iniciar una carrera en Instagram que cuenta con unos 30.000 seguidores.
En su cuenta la ya señora de Tarantino cuenta con detalle todo lo referente al enlace, incluidas despedida de soltera y demás fiestas complementarias, sus promesas de amor y sus deseos de tener descendencia, algo en lo que podría estar de acuerdo el cineasta. Y es que Quentin declaró una vez que desearía tener un hijo antes de los 60 años, una edad en la que planea dejar el cine y dedicarse a escribir novelas y guiones. Enfadado con el mundo digital aseguró que si algún día no puede ver películas de 35 milímetros en los cines y todo sea digital, tal vez no llegue a los sesenta.
Pero para que esto no ocurra, en 2010 adquirió el New Beverly Cinema de Los Ángeles, un viejo cine de 1920 permitiendo a sus dueños seguir con la programación, siempre en 35 mm., mientras siga vivo y sea rico y al que, de vez en cuando, hace sugerencias de programación.
Foto principal: Gtres.
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