¿Recuerdas los anuncios de ensueño y sofisticación sobre esta bebida derrocha clase y glamour a cualquier hora del día?. El origen del vermú nace casi a la par que el origen del vino. En Egipto, Grecia y Roma lo utilizaban con fines medicinales, aunque después pasó a ser un aperitivo de las clases altas.
He encontrado en diferente bibliografía que esta bebida fue inventada por Hipócrates, célebre médico de la antigüedad, nacido el 460 A. C. Puso a macerar en vino flores de ajenjo y hojas de díctamo y obtuvo lo que en la Edad Media fue llamado «vino hipocrático» o, sencillamente, «vino de hierbas». Pero el verdadero inventor del vermut es Antonio Carpano que en 1786 y desde su bodega de Turín lo puso muy de moda entre la nobleza piamontesa.
A partir del siglo XVIII, cuando la burguesía alcanzó la primacía social, el vino aromatizado entró de lleno en los hábitos de consumo como símbolo de glamour. Esta circunstancia, ayudada por los avances de la revolución industrial, fue aprovechada por los hermanos Luigi y Giuseppe Cora que aportaron sus grandes conocimientos enológicos para producir vermú a escala industrial. Con el paso del tiempo la palabra ha adquirido también un sentido genérico para definir el aperitivo –cualquier bebida con unas tapas– previo a la comida. De aquí proviene la expresión «¿Quedamos para tomar el vermú?».
Para preparar cuatro litros de vermú casero necesitas los siguientes ingredientes: Aguardiente blanco (si no lo puedes encontrar también puedes emplear grapa o un destilado neutro como el vodka), vino blanco, azúcar blanca, ramas frescas de romero, nuez moscada, un limón, dos naranjas, clavo de olor y canela.
Forma de preparación de un vermú blanco. Lo más importante es que debes proveerte de un botellón de vidrio de unos cinco litros de capacidad, muy importante, que sea de vidrio. Iremos añadiendo al botellón los ingredientes por este orden:
Pero si lo que te gusta más es el vermú rojo, sólo tienes que sustituir los siguientes ingredientes:
Tapar y conservar en lugar fresco. Al cabo de una semana de maceración, procedes a colarlo con una manga de tela fina o un filtro de papel. Después de filtrar os recomiendo que lo ajustéis a vuestros gustos de azúcar y si lo queréis un poco mas fuerte pues añadir más destilado, al gusto.
Servir frío en copa de coctel, con hielo picado, una raja de naranja para el vermú tinto y de limón para el blanco, y sumergir una aceituna, sin hueso, pinchada en un palillo, también puedes añadir un poco de soda. Acompañar con aceitunas, quesos, canapés. Ya no tenéis excusa para invitar al vermú a vuestros amigos.
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