La mejor cerveza del mundo

En mis viajes por todo lo ancho y largo de este mundo, como diría el Capitán Tan, he probado cervezas de todo tipo, desde alemanas a japonesas, desde rubias hasta negras, de muy flojitas a muy fuertes… y sin duda me quedo con las belgas; y dentro de las belgas prefiero las cervezas trapenses; y dentro de las trapenses la Chimay; y dentro de las Chimay, la Azul “Grande Reserve”.

Cuando trabajaba para la Agencia EFE estuve un año entero grabando y editando imágenes para la Unión Europea y allí me aficioné a este líquido embriagador de las Chimay, que desde que te la sirven en su copa ancha, con esa espuma cremosa y ese color inigualable, hasta dejar el cristal vacío, tan solo rodeado de los restos de un manjar, disfruto como el mejor gourmet.

Me gustaba ir a una callejuela próxima a la Grand Place, en Bruselas, donde un camarero elegante y alto, casi siempre vestido de azul oscuro con pajarita, me la servía con todo cariño. Y es que con mucho cariño hay que tratar esta cerveza elaborada naturalmente por los monjes trapenses cistercienses desde 1862 en la abadía Notre-Dame de Scoumont. Me gustaba tanto que muchas noches cenaba en vaso, porque beberse un par de cervezas de estas características es como comer un chuletón de buey.

Aunque hay varias cervezas trapenses ninguna como la Chimay Azul, ni siquiera sus hermanas Chimay Roja y Chimay Triple, que son más suaves y de sabores menos profundos. La Azul tiene 9º de alcohol, un aroma armonioso y unos matices inmejorables, un carácter fuerte y un gusto único con un toque caramelizado. Exquisita sola o como maridaje con un buen queso.

Este auténtico producto trapense se vende en botellas de 750cc y la temperatura ideal de bodega debe ser de entre 10 a 12 °C. Si tienes duda de mi afirmación, destapa la chapa, sirve lentamente el líquido elemento en un vaso ad hoc, observa su espuma consistente, su color marrón oscuro y dale un suave traguito que recorra toda tu boca antes de tragarlo. Y luego me comentas…

Sólo tiene un problema: ¡nunca volverás a olvidarla!