Cuatro vinos redondos que no te cansarás de beber

Cuando se habla de vinos suele surgir siempre el tema de los maridajes. Pero hay vinos que, aunque se puedan disfrutar muchísimo acompañados de comida, también se pueden beber solos y saborear gozando de cada trago. Y de este tipo de vinos hablaremos hoy. De diferentes vinos que resultan perfectos para descorchar y beber mientras lees un libro, participas en algún juego de mesa, o simplemente ves una serie o película en el sofá. Vinos redondos, sabrosos, sin astringencias ni acideces destacables que te pidan comida. Vinos que nunca te cansarás de beber.

Garnacha de Arrayán 2016

Como todos los vinos que elabora Maite, éste derrocha elegancia, personalidad y muestra todo el potencial que puede tener una garnacha plantada sobre un suelo pizarroso de la Sierra de Gredos. Garnacha de Arrayán nace de un viñedo plantado en 1950 a una altitud de 960 m y se elabora fermentando en presencia de una parte del raspón, con una crianza de 5 meses en huevos de barro de 800 litros, y 6 meses más en barricas de roble de 300 y 500 litros.

Solo se producen 1.044 botellas, pero se trata de una garnacha tan fina y mineral, tan floral y sedosa, que quien la prueba se enamora y repite. Así que ¡corre! que son muy poquitas botellas.

D.O.P. Cebreros – Sierra de Gredos. PVP: 24,90 euros.

Viña Arana Gran Reserva 2015 

No me cuesta pregonar lo fan que soy de esta bodega. Y es que La Rioja Alta hace las cosas más que bien, y un clarísimo ejemplo es esta joya de vino. Nacido en una gran añada, como fue la 2015, Viña Arana es un tinto elaborado con 95% de tempranillo y 5% de graciano.

Fue la primera vendimia en la que la selección de la uva se realizó mediante un sistema óptico, grano a grano, asegurando la máxima calidad. Tras pasar una crianza de 3 años en barricas de roble americano, el vino se embotelló para pasar otros 3 años madurando en botella. El resultado es un vino repleto de frescura y con unos taninos muy elegantes.

Viña Arana es un Rioja de corte clásico, repleto de fruta roja y notas a vainilla, cedro y café. Un señor vino, elegante, suave y redondo. Ideal para beber ya o guardar unos años.

D.O.Ca. Rioja. PVP: 28,50 euros.

Finca Saltamontes 2017

Atentos winelovers, porque Finca Saltamontes podría ser uno de los mejores vinos blancos que se elaboran en España. Y es que la materia prima es fundamental, ya que este vinazo nace del exclusivo Pago Saltamontes, plantado en el año 1863 (prefiloxérico) y propiedad de Javier Sanz Viticultor. Un vino elaborado con uvas viejas -pero viejas de verdad- de verdejo, y que expresa todo lo que puede llegar a dar esta noble variedad. Un vino de la añada 2017 que ha pasado varios meses de crianza sobre sus lías finas, sin nada de madera y con mucha vida por delante.

Finca Saltamontes se caracteriza por su complejidad, sus aromas a panadería, piel de naranja y flora silvestre, pero sobre todo por su suavidad y cremosidad en boca. Un vino que enamora hasta al que se declara bebedor de tintos. Un vino para gozar, y mucho.

D.O. Rueda. PVP: 39,90 euros.

Àn 2019

Se trata de la estrella de la bodega mallorquina Ànima Negra, y es un vino único con un punto salvaje, capaz de transportarnos a la isla balear al beberlo, pudiendo casi sentir esos vientos y olor a sal, que por su cercanía al mar acarician y protegen los viñedos de más de 45 años de los que nace este vino.

Siguiendo una agricultura lo más ecológica posible, ÀN 2019 contiene un 95% de Callet y un 5% de Mantonegro-Fogoneu, y se elabora mediante fermentación en tinos de roble francés de 4.000 litros, pasando la fermentación maloláctica y posterior crianza de 14-18 meses en barricas francesas. Previo al embotellado, el vino  permanece un par de meses redondeándose en depósitos de cemento.

Lo que encontraremos en la copa es un vino muy original, repleto de frutas silvestres, hierbas y flores aromáticas y notas minerales. Un vino sabroso, fresco y muy sedoso. Pura elegancia.

I.G.P. Illes Balears. PVP: 40 euros.