La gran fiesta del orujo

Este fin de semana tendrá lugar en Potes, capital de la comarca de La Liébana, la Fiesta del Orujo, declarada de Interés Turístico Nacional. El sábado, la fiesta comenzará con una degustación de orujos, pero el día grande será el domingo cuando se llevará a cabo el encendido de las ‘alquitaras’. Durante estos dos días se pueden saborear variedades de orujo de ocho destilerías: El Traviesu, El Marrubio, El Coterón, Diosanjana, Mariano Camacho, Sierra del Oso, Picos de Cabariezo y Martínez de Cos.

El orujo tarda en hacerse en la alquitara una hora y media, dependiendo de la cantidad. El primero que se obtiene tiene muchos grados y luego va bajando esa graduación. Existen unas 15 variedades y en la cata se selecciona al mejor. También se pueden degustar platos de cocina (en los que interviene el orujo y el queso). Estas jornadas son además una buena oportunidad para ver una de las mayores exhibiciones de trajes regionales cántabros, con grupos de danzas y actuaciones folclóricas, así como cofradías gastronómicas.

Potes, conocida como ‘Villa de los puentes’, conforma todo un conjunto histórico artístico en el que destaca la casa-torre del Infantado que, en un tiempo, fue destilería. Los ‘inventores’ de los licores siempre fueron frailes, o al menos tuvieron mucho que ver en ello. La tradición se remonta a los monasterios en la Alta Edad Media y el líquido que conseguían extraer destilando el vino aseguraban que era un regalo de la divinidad.

La tradición debió llegar por la ruta jacobea y la palabra ‘alquitara’ (recipiente donde se destila) procede del árabe. El orujo es fruto de tres civilizaciones: los romanos (plantaron las viñas), los árabes (introdujeron la técnica de la destilación) y los monjes cristianos (trasmitieron el saber).

Los monjes de Liébana nos dejaron el orujo. La historia de este municipio va unida al monasterio de Santo Toribio (a tres kimometros de Potes), que en sus orígenes fue visigodo, y donde se guarda la reliquia más grande de la Cruz de Cristo. Desde 1985 y hasta 1994 se prohibió destilar el aguardiente a los particulares, pero tuvo que levantarse este veto para permitir celebrar la Fiesta de Orujo. Brindemos por todos ellos. Los chinos lo denominan «o lujo»... por algo será.