Triunfa con tu menú de Navidad y estos consejos sobre maridaje

Cuando preparas el menú de Navidad debes prestar especial atención a la bebida con la que vas a maridar cada uno de los platos y potenciar así su sabor.

Pues sí, las Navidades ya están aquí. Cada año lo mismo, pero afortunadamente solo duran un par de semanas. La familia y los amigos se reúnen alrededor de una mesa repleta de comidas, que no son las habituales durante el resto del año, y bebidas que son algo más que agua.

Ya hemos hecho recuento de cuántas personas vienen a casa y empezamos a preparar la lista de la compra que vamos a necesitar. Una lista de la compra que tiene de todo, y que cuando llegamos a casa, nos damos cuenta de que la hemos multiplicado con la justificación del “por si acaso”.

La mala elección del vino puede estropear un buen menú de comida

No estropees el menú con la elección de la bebida

El menú lo tenemos planificado mentalmente y ya sabemos los platos que le gustan o no gustan a cada miembro de la familia. No faltará de nada. ¿Y la bebida? Pues la bebida tiene varios puntos a tener en cuenta. El primero y más terrible es abrir esas botellas nefastas que guardas de la cesta del año pasado o que vienen en la de éste. 

Otro caso es comprar un blanco para los entrantes, un tinto para la carne y un espumoso para el postre. Bueno… por ahí tampoco iríamos tan mal, pero con matices. Aunque sin duda, el peor de los casos es dejar que traiga la bebida el cuñado de turno que no tiene ni idea de vino, pero se las da de eso. Así, ante tales premisas, un magnifico menú puede destrozarse con una mala elección de la bebida.

Los aperitivos, el primer plato, el segundo plato y los postres deben maridarse con un vino diferente que potencie los sabores y los complemente

Para los aperitivos vinos espumosos o generosos

Me gustaría empezar por los aperitivos, ya que suelen ser muy variopintos y eclécticos, podría añadir. Quizás para esos momentos los mejor es elegir un buen espumoso (y no dejarlo solo para el postre) o un vino generoso de Jerez. Ambos vinos por su versatilidad acompañarán a las mil maravillas los aperitivos. Si tienes a alguien que no le gusten este tipo de vinos, ofréceles una cerveza artesana tipo ipa.

Una buena opción para los aperitivos es un vino espumoso o un generoso de jerez

Mariscos y pescados con tintos de altura

Para los mariscos y pescados de las cenas navideñas podemos irnos a los blancos frescos. Pero claro, si por ejemplo los pescados son grasos o los crustáceos están cocinados, la cosa cambia, y podríamos acompañarlos con un tinto de altura como una garnacha o un pinot noir, y romper el estereotipo. Que sí, hazme caso, pruébalo.

Los mariscos y pescados los puedes acompañar de un blanco fresco, aunque también puedes decantarte por un tinto como el pinot noir

Para la carne lo mejor es un buen crianza

Las carnes, si son aves o blancas las podemos acompañar con blancos viejos y con crianza. Aquí podemos jugar también con espumosos con más estructura y más larga segunda fermentación, ya que que suelen tener mayor complejidad y muchos más registros.

Los asados de carnes rojas y guisos con fuerza pueden acompañarse con vinos tintos tánicos, pero también con vinos generosos tipo VORS, que guardan secretos armónicos inconfesables y solo aptos para los iniciados en los vinos encabezados.

Para las carnes, si son blancas un blanco viejo o crianza, y si son rojas, mejor un vino generoso

Espumosos y vinos dulces para los postres

Después tenemos un arsenal de postres y dulces de lo más variado. Podemos empezar con unas frutas o irnos directamente a los contundentes chocolates y turrones. En estos casos, me gusta romper una lanza por los espumosos dulces para las frutas y tartas ligeras, y para la contundencia del cacao y la miel, un vino dulce y rancio o un buen destilado, unas opciones que darán colofón a una excelente cena en la que el mejor maridaje es estar con la familia.

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