Disfrutar en familia de un buen vino es uno de los placeres que en Navidad no debe dejarse al azar. Y en estas fechas, los aficionados al vino suelen hacer gala de todos los conocimientos que han ido adquiriendo a lo largo del año con alguna cata. Gustos, maneras y rituales que convierten el sencillo gesto de beber una copa de vino en un momento lleno de exclusividad.
Sin entrar en aspectos más técnicos que competen a los profesionales del sector, no está de más que recordemos unas sencillas pautas que cualquiera puede hacer en su casa para disfrutar y catar un buen vino. Porque a veces puede parecer que la cata de un vino es algo que solo los sumilleres o los grandes entendidos son capaces de hacer. Algo que gracias a la enóloga de Bodegas Azpilicueta, Elena Adell, hemos comprobado que no siempre es así.
Lo ideal es realizar la cata del vino en una estancia bien iluminada. Aunque sea complicado dadas las fechas, es importante además que se encuentre en una temperatura más bien fresca. Y por supuesto, sin olores externos que puedan interferir en los aromas del propio vino. Una vez conseguido eso, lo ideal es que la temperatura de los vinos sea la adecuada.
Por regla general, los vinos blancos deben estar entre los 8 y 10ºC. Los rosados entre 10 y 12ºC. Mientras que los vinos tintos se deben guardar entre 12 a 14ºC. Si quieres que la cata tenga un nivel algo más profesional, puedes colocar las copas sobre un fondo blanco. De esa forma se apreciarán mejor los colores del vino. No olvidemos además que hasta el momento de consumo del vino, es recomendable guardarlo en oscuridad, lejos de una fuente de calor, en posición horizontal y en un ambiente neutro aromáticamente. Es decir, nunca en la cocina.
Si vas a probar vino tinto, las copas normalmente son grandes y tienen un cuerpo profundo, con una abertura amplia para disfrutar mejor los aromas.
Para el vino blanco o rosado tienen un cuerpo más estrecho, de esta forma, se mantienen los aromas florales y frutales de este tipo de vinos. Además, los tallos suelen ser más largos para evitar que las manos calienten el vino. Aunque parezca mentira, un mismo vino degustado en dos copas distintas puede parecernos un vino diferente. Es fundamental acertar con la copa adecuada.
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