Quizá pronto necesitemos un sumiller que nos asesore no sólo para elegir el vino con el que acompañar la comida, sino para decidir qué mermelada extender sobre la tostada o maridar con el queso o con un carpaccio. Porque van apareciendo en el mercado confituras y gelées de seductoras texturas elaboradas con vinos y con cervezas cada vez más especiales.
Repasamos algunas propuestas que realmente transmiten el espirituoso que contienen, como las que manufactura la marca artesanal Cucumi con excelentes vinos con Denominación de Origen y con cervezas artesanas. ¡Al dios Baco le hubiera encantado desayunar con ellas! Y eso que hubiera echado en falta los efluvios etílicos, ya que el proceso de cocción evapora todo el alcohol.
“Decidimos hacer mermeladas con vinos monovarietales para que el consumidor pueda apreciar mejor en ellas las cualidades de cada tipo de uva, y seleccionamos las variedades más significativas que se cultivan en España”, explica a The Luxonomist, María Fernández Ruiz, fundadora de Cucumi y buena conocedora del mundo del vino.
La firma, que nació hace un año, nos propone descorchar una fresca y afrutada mermelada de albariño, una garnacha de Campo de Borja con notas rosadas y a fresas, una más intensa de tempranillo… Sólo llevan vino, azúcar –en porcentaje distinto según el tipo de uva, ya que cada una reclama más o menos azúcar- y agar-agar, un espesante natural que procede de algas recogidas en el Cantábrico. Abramos los frascos de las actuales ediciones de las mermeladas –cuestan unos 6 euros el formato de 300 gramos y pueden comprarse online- para catarlas con detalle:
Ya hemos hablado en detalle en The Luxonomist de Bubub, otra marca artesana que elabora en un pueblecito de Zaragoza mermeladas sibaritas con productos de calidad 100% naturales y una buena dosis de humor. De sus fogones salen sabrosos gelées de vino: el del Txikiritero, elaborado con garnacha de Campo de Borja (su travieso y chispeante dulzor está muy rico con queso idiazábal), el de vino txacolí, el muy festivo de cava rosado, o el de cava y oro (perfecto para un foie y, según el truco que me reveló hace poco un amigo, buenísimo e impactante sobre un pescado blanco al horno). Sus productos pueden encontrarse en El Club del Gourmet de El Corte Inglés.
Algunas bodegas se lanzan a experimentar qué tal funcionan sus vinos en íntimo matrimonio con el azúcar y la pectina. Así, la pequeña empresa de enoturismo familiar Señorío de Monterruiz comercializa gelées de producción muy limitada: el elaborado con tinto de uva autóctona bobal de cepas plantadas en 1965 en La Manchuela conquense tiene un recio aroma a vino verdaderamente intenso que traslada a la imaginación y al paladar a la oscuridad y el silencio donde duermen las barricas. Los que prefieran el blanco al tinto, pueden optar por una mermelada elaborada con la variedad airén.
Por su parte, Fruita Blanch, una empresa familiar catalana especializada en conservas de fruta y vegetales de su propia cosecha, cuenta en su catálogo con mermeladas de vino tinto, cava… ¡y hasta de sangría y vermú! La magia del lúpulo y la malta, capturada en una mermelada.
Todas las mermeladas de Cucumi se elaboran en un pequeño obrador en Cabanillas del Campo (Guadalajara) siguiendo un proceso completamente manual. Pronto se mudarán a una nueva nave que triplicará la capacidad de producción actual y tecnificará algún proceso, como el etiquetado, aunque no la cuidada cocción de las confituras al fuego.
A escasos kilómetros se encuentra la fábrica de cervezas artesanas Arriaca, que obtuvo el Primer Premio del concurso de microcervecerías de la Feria Internacional Thielmann de la Cerveza Artesana de Madrid 2014. Era cuestión de tiempo que saltase la chispa entre estas dos inquietas empresas y surgiera una colaboración, que ha dado como frutos una línea de curiosas mermeladas.
Las de Cucumi no son las únicas mermeladas que aprovechan toda la intensidad, los aromas -y, por qué no decirlo, la moda- de las craft beers. La cervecera toledana Sagra propone la Sagra Suxinsu, una mermelada de color rubio intenso, con aroma floral e intensa en boca, y la Sagra Bohío sorprende con su color marrón chocolate intenso, con notas a caramelo, café y manzana.
Con la cerveza Domus, otra factoría artesanal con sede en Toledo, se elabora una jalea líquida, casi un sirope, una alquimia en la que sólo interviene su cerveza y azúcar, sin espesante alguno, y que sus autores aconsejan tomar con cualquier tipo de quesos, especialmente de cabra, o con foie. Se presenta en tarros de 135 gramos. Quizá pronto la guía Parker deba incluir una categoría qué puntúe mermeladas… Hasta entonces, ¡brindemos con ellas!
Diseñadores, creativos y celebrities están trabajando a contrarreloj para que este lunes salga todo perfecto… Read More
España ya es uno de los destinos favoritos de los turistas para los meses de… Read More
Serán pocas las personas que a estas alturas no hayan oído hablar de Beyoncé. La… Read More
Elon Musk, el CEO de Tesla, es una figura que ha definido el paradigma de… Read More
A pequeños males, grandes remedios. Eso debió de pensar Apple cuando presentó los primeros AirPods… Read More
Los amantes de la alta gastronomía y el vino tienen una cita imprescindible el próximo… Read More
Este sitio utiliza cookies para prestar sus servicios y analizar su tráfico. Las cookies utilizadas para el funcionamiento esencial de este sitio ya se han establecido.