Historia de los tres dulces navideños imprescindibles en tu mesa
En Navidad la comida tiene un papel importante y, en especial, de dulces, una rica tradición que en nuestro país tiene tres protagonistas.
La Navidad es sinónimo de comida y especialmente de dulces. Polvorones, turrones, chocolate, panettone, roscón de Reyes… Podríamos llenar párrafos enteros de dulces típicos que comemos en estas fechas. Aunque unos te puedan gustar más que otros, hay tres en concreto que es obligatorio tener en casa.
Los polvorones, un clásico de la Navidad
La mezcla de almendra en polvo, granillo, manteca, harina y azúcar dar como resultado el dulce por excelencia de la Navidad, el polvorón. Este es uno de los clásicos que no fallan en la mesa el 25 de diciembre, y también uno de los primeros en aparecer cada año en los supermercados.
Para hablar de su origen hay que trasladarse a la Andalucía del siglo XVI y, más concretamente a la Estepa. Allí era habitual usar manteca de cerdo para la repostería, pues en sus abundantes bosques de encinas se criaba al cerdo. Así fue como empezaron a crear este dulce que, con el paso de los años empezaron a consumir en la época navideña, hasta hacerse famoso en la comunicad.
Sin embargo, y por raro que nos parezca, el consumo de polvorones en las fiestas no se normalizó en toda España hasta los años 50, cuando la emigración de los pueblos a las grandes ciudades, contribuyeron a que el polvorón se hiciera conocido en todo el país y se disparase su producción. A día de hoy es un básico y todos tienen su sabor preferido.
Panettone ya es uno de los dulces navideños más conocidos
El siguiente dulce típico navideño lo hemos importado desde Italia, y más concretamente desde Milán. Por supuesto, hablamos del panettone, una especie de pan dulce que tiene un hueco fijo en nuestra mesa de Navidad.
El origen de este dulce típico navideño italiano no está del todo claro. La leyenda cuenta que el panettone nació por accidente en el siglo XV. Durante el almuerzo navideño en la mansión de un duque milanés al cocinero se le quemó el postre, lo que llevó a un sirviente llamado Toni a improvisar un pan con los ingredientes que tenía en la cocina: huevos, harina manteca, cítricos y uvas. Así fue como Toni creó el panettone.
Tras el éxito en casa de su amo, se corrió la voz sobre este delicioso postre, y lo milaneses recorrieron las panadería pidiendo «pan de Toni», un término que con los años derivaría en panettone.
Sea cierta o no la leyenda, el panettone es hoy uno de los dulces más típicos en estas fechas. Lo podemos encontrar en prácticamente todas las pastelerías y supermercados, donde las variedades de pasas y chocolate son las más famosas. Y es que su capa exterior agrietada y la textura interior tierna y esponjosa lo hacen irresistible.
Turrón, uno de los dulces de Navidad más típicos
Aunque los polvorones y el panettone están riquísimos, no hay una Navidad sin turrón. Puede que éste sea el dulce navideño más típico de nuestro país y también del que más variedades han surgido y siguen surgiendo con el paso de los años.
Los orígenes del turrón no están del todo claros. La mayoría de teorías lo sitúan en la zona del mediterráneo. Cuentan que su creación se puede remontar a la antigua mesopotamia o la invasión árabe, de los que habríamos adquirido la idea de mezclar los frutos secos con la miel.
Y es que el turrón más clásico se basa en una mezcla de almendras tostadas con miel, aunque con el tiempo se han sumado otros frutos secos como las avellanas, los piñones y las nueces. Estos se elaboraban principalmente en Jijona, que desde el siglo XVIII es la cuna de este rico dulce.
A día de hoy existen turrones de miles de clases, aunque el blando, el duro y el de chocolate son los más famosos e indispensables en nuestra mesa