Ricos y famosos

El hotel Edition se ha convertido en uno de los lugares más interesantes y cool de Miami. Dentro se encuentra su interesante restaurante, Matador.

Jesús Andreu. 05/02/2016

Miami es un lugar en el que abundan los lugares en los que se come mal e incluso muy mal -entre los últimos destaca Cantina la 20-. Hasta ahí nada nuevo en la mayoría de las ciudades, especialmente cuando salimos de Francia, España, México, Perú o China, por poner varios casos.

Matador Room
Matador Room en Miami

Por eso, lo que más sorprende en Miami es la pugna por conseguir el local más bello y, sobre todo, espectacular. Hay propensión a los techos de ocho metros y a las vistas (Zuma, Cipriani, la mencionada Cantina), a los grandes comedores cuajados de palmeras (Azur, Coya) y siempre a la exquisita decoración y a la iluminación más tenue y teatral. También, y esto es un suplicio, a incluir DJs que inundan el ambiente de decibelios impidiendo la conversación. Claro, que el público que los puebla tampoco parece tener mucho que decir aunque sí mucho que reír y alborotar. Dicen de Ibiza, pero esta parece al ciudad de la eterna juerga.

Vista superior de Matador Room
El Matador se ubica dentro de Edition

También me llama la atención algo que es insólito en España. La mayoría de los grandes -y más de moda- restaurantes, están en los mejores hoteles y así Epic, Viceroy, SLS o Delano acogen a la mayoría de los mencionados. Uno de estos, el Edition, se ha convertido en uno de los lugares más interesantes y cool de la ciudad. Su elegante decoración consigue algo difícil, gustar tanto a los amantes de los hoteles clásicos como a los de los más modernos y lo consigue a base de enormes espacios blancos y desnudos, moteados por detalles decó y un refinado ambiente años 40.

Matador Room
La elegante decoración del lugar seduce a clásicos y modernos

El gran vestíbulo es además, bar y lugar de encuentro para huéspedes y vistantes y en él, una hábil sucesión de plantas y velas crean diversos espacios sumamente acogedores, evitando la frialdad posmoderna que suele imperar en estos lugares. Como no podía ser menos en lugar tan a la moda, el restaurante Matador es uno de los más It de la ciudad.

El espacio central es redondo como un ruedo
El espacio central es redondo como un ruedo

Y por supuesto, cumple las reglas: enorme espacio, esta vez redondo como un ruedo, techos altísimos, decoración exquisita con un único detalle ornamental, una chaquetilla de torero y una cálida y tenue iluminación, así que lo que mejoraba nuestros rostros empeoraba las fotos…

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El ceviche es muy sabroso

La comida es una curiosa mezcla de mexicana, española, italiana y francesa, por lo que lo mismo se pueden tomar pimientos de Padrón y tacos que pastas o pizza. El ceviche es muy sabroso y se elabora con un pescado fresco y bien cortado; tiene un toque picante y otro crujiente que le dan fuerza y gracia. También crujiente y picante está el tartar de atún, una receta que ya no está ausente en casi ningún restaurante. Aquí no extraña, porque la carta es todo menos original.

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Pulpo tierno y picante

Y ¿qué otra cosa está en todas las cartas actuales de los restaurantes misceláneos? No, no es la carrillera, aunque podría. Es el pulpo. El de aquí es tierno y también picantito. A mí es algo que no me importa nada, al contrario, pero habrá quien piense que quizá por eso, y no por los toros, este restaurante se llama ‘Matador’.

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Ensalada de tomate y burrata

Y, cómo no, picantes están los tacos de chipotle o de cochinita, aunque no las numerosas ensaladas que ofrecen, otro plato inevitable en una ciudad tan narcisista como ésta. La de tomate y burrata es agradable aunque más que burrata es de una recia mozarella.

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Coulant de chocolate

Parece este un menú algo extraño, pero el restaurante está concebido para compartir raciones y  ‘picar’, esa costumbre ya impuesta por España y que muchos extranjeros, y yo también, detestan. Los camareros insisten en que así se haga y así lo hicimos. Hasta con los postres, entre los cuales hay, por supuesto, un coulant no del todo malo. El brioche, que no es otra cosa que nuestra torrija, en este caso se acompaña de una inapropiada y demasiado fuerte espuma de mandarina que anula cualquier otro sabor.

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Brioche con espuma de mandarina

El servicio es afable aunque demasiado informal pero es que estando en Miami pedir cierta formalidad es una incongruencia. El lugar está de moda, es caro para lo que dan y la comida es bastante banal pero el entorno -decorativo y humano- permite sentirse parte de un bello paisaje o en una película bastante chic y colorida. *Fotografías de los platos: Jesús Andreu. *Fotografías del local: Matador Room.

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