La esencia o, dicho de forma más coloquial, la gracia de ser icónico o único es la posibilidad de dejar de serlo en cualquier momento. Sin esta especie de espada de Damocles que se balancea sobre los edificios más singulares del mundo, su llamativa presencia no sería tan llamativa, su esencia, no sería tan sugestiva. No nos engañemos, ningún edificio creado o por crear es único, somos los espectadores quienes le damos ese poder.
Así, es inevitable relacionar París con la Torre Eiffel, aun cuando hay otros edificios maravillosos en la ciudad. Y sí, tiene mucho que ver con su historia, con su construcción hace más de un siglo, con las especulaciones, con los fracasos y aciertos en sus modificaciones durante estos años pero, también tiene mucho que ver con la idiosincrasia de los ciudadanos del mundo, que le hemos otorgado el estatus de símbolo de París, e incluso de Francia.
Es tal su poder, que el desarrollo en altura de la ciudad se ha estancado por ella, nada debe hacerle sombra. Por ello, el rascacielos que acaba de empezar a construirse se convertirá también en un icono de París. Tras años de negociaciones y modificaciones para que el ente administrativo de París permita su ejecución, les presentamos el rascacielos Tour Triangle, diseñado por el estudio suizo Herzog & de Meuron.
Quince años ha pasado desde que conociéramos el diseño de los famosísimos arquitectos, hasta que finalmente comenzará a construirse en la Ciudad de la Luz. Aunque la lentitud de ejecución está siendo bastante notoria, se estima que el edificio con forma de pirámide podrá abrir sus puertas en París en 2026. Y, si nada cambia, éste será el tercero más alto de la ciudad, con 180 metros coronados por su singular silueta trapezoidal.
Por supuesto, un edificio de este porte y ubicado en la avenida Ernest Renan, poseerá todo lo que ambiciosamente pueda poseer, es decir, el máximo de atractivos- La Villa Creativa, como se autodefinen en su página web, poseerá un moderno hotel en las plantas altas, una guardería, un centro de salud, un centro cultural, una sala de conferencias, tiendas, restaurantes con vistas y, obviamente, un espectacular observatorio para grandes y jóvenes.
Para su construcción, el promotor Unibail-Rodamco-Westfield prevé invertir unos 670 millones de euros, con los que se elevarán las 42 plantas del edificio, alcanzando más de 90.000 metros cuadrados construidos sobre una base de 7.400 metros cuadrados. La forma del terreno ha influido significativamente en la forma del edificio, pues los límites forzaron a los arquitectos a usar la imaginación.
La base trapezoidal del edificio permite unas vistas variopintas, según se ubique el espectador. Se ve como un triángulo desde oriente y occidente, y como una fina torre desde el norte y el sur. Por supuesto, su diseño permite que los usuarios del edificio tengan unas vistas a cuatro ángulos y, además, permite una sombra proyectada menor que si fuera de forma cuadrangular, como el Montparnasse.
Sus creadores afirman que el edificio pretende ser un elemento inclusivo en la sociedad, con el que los ciudadanos se vean favorecidos. Una de las claves es su interés por generar una pequeña huella de carbono. Para ello se colocarán paneles fotovoltaicos en una de sus fachadas, e incorporarán elementos de ahorro energético eficaces.
La plaza Porte de Versailles y el Parc des Expositions tendrán a la torre Triangle como vecino de altura, pero un vecino moderno, discreto y educado, que generará espacios de ocio y bienestar para los usuarios del centro de convenciones. Además, la instalación del rascacielos servirá para mejorar los viales circundantes, actualizando el enlace de este distrito con los barrios aledaños.
La construcción del rascacielos más icónico de París tendrá como aliado el modelo BIM, del que ya hemos hablado otras veces, y que permitirá la coordinación de las distintas fases y equipos de obra, reduciendo costes en la ejecución, duplicidades o equívocos, además de un ahorro energético considerable. No obstante, el factor humano será determinante, y la relación con los vecinos más.
Desde la página web del Tour Triangle emiten boletines informativos sobre la construcción y otros aspectos. Por ejemplo, dan números del personal en obra, del que sabemos que el 38% son mujeres, o que los operarios pertenecen a ocho nacionalidades distintas. Estos boletines incluso explican los acuerdos a los que se han llegado con los vecinos, o cómo funcionan algunas máquinas de construcción.
En fin, a nadie se le escapa que esta forma de comunicación sirve para intentar apaciguar los ánimos, dado que una parte de la población está en contra de esta construcción, y se han producido actos vandálicos a su alrededor.
Tal es la presión, que el ayuntamiento actual ha vuelto a la normativa de la década de los 70, impidiendo la construcción de edificios de más 37 metros de altura. Uno de los motivos argumentados para hacerlo es “reducir las emisiones de carbono de la ciudad”. “Vive la France, vive Paris”.
Imágenes de Herzog & de Meuron
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