Ser juez y parte no está demasiado bien visto, salvo que los resultados sean satisfactorios para los afectados. En el caso de la arquitectura hay que tener las ideas muy claras, y los bolsillos muy saneados, para emprender un desarrollo donde eres, por una parte cliente, y por otra diseñador. Y ya, para rizar el rizo, contratista. Esto es lo que sucede en la edificación de la que vamos a hablar hoy, un complejo de 10 fantásticos apartamentos de Londres. Una maravilla residencial.
La promoción terminó su construcción a finales de 2019, en el límite en el que confluyen los barrios de East Dulwich, Nunhead y Peckham. Este espacio con vistas al Peckham Rye Park se ha puesto de moda en los últimos años, subiendo el caché de los alrededores.
Todo gracias al acierto comercial y cultural de la zona, y a la abundancia de espacios verdes que hay en esta parte de Londres. Además, desde el inmueble tardas unos 20 minutos en llegar a la City, la parte más famosa de la capital inglesa.
El responsable de estos apartamentos de Londres fue el estudio de arquitectura Tikari Works. También fueron los constructores, lo que hace que su compromiso con el proyecto sea total. Por supuesto, ayuda la elección del lugar, un solar que abarca dos esquinas y tres calles, haciendo que se abra un fantástico abanico de posibilidades.
Los arquitectos estudiaron con detalle la forma en la que aprovechar el lugar, aportando las mayores horas de luz, la mejor privacidad y, como buenos profesionales, enfatizar la relación del inmueble con el contexto urbano.
Los diez apartamentos se encuentran dentro de dos edificios. Kindsale Block alberga en la planta baja dos apartamentos de un dormitorio con jardín privado. Y en la planta alta, dos dúplex con ático, tres habitaciones y generosas terrazas.
A su lado, frente al parque, se sitúa Park Block, que alberga en la planta baja dos apartamentos de dos dormitorios con jardín privado, otros dos en primera planta de la misma tipología, y dos dúplex con ático, cómo molan algunos dúplex, y tres dormitorios en las plantas superiores.
Como siempre, son dos los parámetros que vinculan un edificio con su entorno: la morfología de su envolvente y los materiales con los que se cubre. En esta zona de la ciudad abundan los clásicos edificios de ladrillo de terracota con las clásicas cubiertas inclinadas de tejas, lo que se llama estilo victoriano.
Por ello, los arquitectos idearon dos volúmenes con fachadas continuas que se transforman en cubiertas en sus áticos, al inclinarse en llamativos ángulos, cubriéndolas con el mismo material, ladrillos de arcilla colocados como tejas. ¡Simplemente sublime!
En total, el complejo se cubre con 10.000 tejas de arcilla de la fábrica Petersen Tegl de Dinamarca. Piezas hechas a mano en antiguos hornos de cocción, siguiendo una larga tradición desde su fundación en 1791. Estas tejas se colocan sobre rastreles, siendo de sencilla ejecución, lo que facilita la puesta en obra y garantiza la sustitución en caso de rotura.
Debajo de los edificios, un robusto muro de hormigón armado alza las edificaciones para destacar aún más su figura, al mismo tiempo que perimetra el solar y protege la propiedad.
Sin embargo, la sobrecarga de un mismo material termina siendo nociva para la interpretación estética de cualquier edificio. Por ello, para mitigar el sobreuso de arcilla roja, los diseñadores apostaron por introducir huecos de grandes dimensiones, algunos de los cuales sirven como balcones o terrazas.
Estos huecos, resueltos con un sencillo marco de tono negro, no sólo mitigan la sensación de asfixia, también dan identidad al proyecto al doblarse en las líneas de los edificios, siguiendo las inclinaciones de los aleros.
El complejo de apartamentos de Londres es pasivo porque desde su concepción se ha optado por el uso sostenible. Aquel que enfatiza la necesidad de vincularse con el medio ambiente sin mermarlo o destruirlo. Para ello, se conceptualizó para ser ejecutado con la menor cantidad de material posible, bajar el uso de la energía durante la construcción y hacerlo al más bajo costo. Esto último no sabemos si lo habrán conseguido, dado que no tenemos los números.
¿Cómo se consigue? Pues empleando materiales perdurables, construidos con un bajo impacto medioambiental y de ejecución en seco. Esto que garantiza el menor empleo de agua y el menor consumo de energía.
También se ejecutó la envolvente interior con madera laminada cruzada (CLT). El volumen de madera utilizada es capaz de capturar 227 toneladas de carbono. Además, dado que los inmuebles están revestidos en paredes y techos de esta materia, ayuda a dormir con menor contaminación en su hogar.
Todo esto se acompaña del uso de energía solar, captada por los paneles fotovoltaicos de la cubierta. Ventilación en todo el edificio, con un sistema de captación de calor del aire para mejorar el rendimiento energético; un acristalamiento con control solar de alto rendimiento de la empresa Ideal Combi. A esto se suma el uso de calefacción por suelo radiante programable en las habitaciones; un elevador para personas de planta baja a sótano de la marca italiana Stannah y, sobre todo, el uso de una envolvente super aislada y hermética.
Detrás de los componentes de los que hemos hablado se halla la responsable de la transmisión de las cargas, la estructura que sustenta el inmueble. Ésta está realizada por madera maciza procedente de los Alpes austríacos, con garantía medioambiental, por supuesto.
Estas estructuras llevan ejecutándose desde tiempo inmemorial y las técnicas de construcción actuales garantizan su máxima durabilidad. Además, no existe un reductor de carbono igual, así que no es de extrañar que cada vez se usen más en Inglaterra, en Europa y en España.
The Rye Apartments es por derecho propio una construcción singular, en la que han colaborado empresas como VT Construct, especialistas artesanos, la empresa de CLT Eurban, y la ingeniería Webb Yates. Todas ellas acompañadas por la consultoría de planificación Barton Willmore.
Por cierto, no puedo terminar el artículo sin decir que una edificación superaislada y hermética no es un monolito irrespirable, au contrarie, que diría un filósofo. Es un edificio que garantiza el confort sin contar con el exterior, poniendo barreras eficientes ante el ruido, el calor, el frío o la contaminación. Sin embargo, abrir puertas y ventanas, siempre es una opción.
*Fotografías cortesía de Jack Hobhouse
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