Tal vez hayas oído hablar de Wildflower Studio, un nombre muy florido que pretende ser un espejo en el que mirarse y hacer crecer la magia del sector más popular del entretenimiento: el cine. Si no lo has oído, al menos, seguro que sabrás quién es Robert de Niro, todo un ícono cinematográfico para varias generaciones. Colaborador necesario en la creación de este nuevo estudio.
A su lado, que no detrás, el estudio de arquitectura Bjarke Ingels Group/BIG, quién denomina a su obra como un pueblo flotante y vertical. Han invertido tiempo y ganas de ejecutar una obra a la altura del futuro cinematográfico de Nueva York. Este nuevo hito se ubica en Queens, y su construcción presenta ya un alto grado de finalización, de hecho, se inauguró el pasado 2023, pero aún no se ha puesto en funcionamiento (cosas del directo).
El proyecto tiene el honor de ser el primer escenario de producción construido expresamente para Nueva York. Será el primer estudio de cine vertical del mundo… ahí queda eso. Por supuesto, el estudio se ejecuta con parámetros de futuro, implementando la creación de contenidos basados en la Realidad Aumentada y en la Realidad Virtual, además de los clásicos.
El edificio se distribuye en siete plantas, desarrollando sus actividades aprovechando al máximo la huella de la construcción, en su interior, nada más y nada menos que 72.000 metros cuadrados de superficie, en los que desarrollar contenidos en cine, televisión, producción y otras actividades del sector, con once escenarios de sonido, 310 aparcamientos y un gran paseo frente al mar.
Por supuesto, la creación de este hito va a proporcionar nuevos espacios en los que desarrollar cultura de entretenimiento. Conscientes, también, que el mundo mira con especial atención lo que pasa en la ciudad más famosa del Orbe, BIG ha creado un volumen en el que aprovechar al máximo los espacios. Tendrá el mínimo impacto medioambiental posible. Para ello han contado con el estudio paisajístico Dirtworks.
Dirtworks nos cuenta en su web que han ejecutado un paisaje urbano completo a lo largo de una de las caras del edificio. Han incluido bioswales, que son sistemas simples de filtración de agua. Eliminan los residuos antes de su contacto con el mar. Para los arquitectos: “La aldea de producción de medios verticales será el hogar de narradores que trabajarán en todos los medios: un centro tridimensional de colaboración, creatividad e innovación” y yo les creo.
El estudio de cine impulsado por Robert de Niro posee 44 metros de altura y reviste su estructura de acero con paneles prefabricados de hormigón. Paneles que se han colocado con un ángulo entre ellos, creando una dinámica simple y efectiva. No permite ver dos veces la misma fachada, jugando con la complicidad del sol, un aliado natural. Por supuesto, en su interior no sólo habrá zonas de trabajo, también habrá zonas de esparcimiento: gimnasio, cafeterías y zonas de descanso.
Dos terrazas perforadas en la fachada proporcionan inesperadas vistas y conexión con el exterior. Algo inusual en este tipo de construcciones. Otra singularidad es la instalación de, nada más y nada menos que, 13.500 metros cuadrados de paneles solares en la cubierta. Permiten un aprovechamiento solar (otro más), con permiso del mal tiempo, claro.
Constructivamente hablando, la estructura de acero permite la ejecución aprovechando al máximo los recursos. Permite, también, grandes espacios interiores sin elementos verticales de soporte. La fachada de hormigón está ejecutada con piezas de 3 por 9 metros. Con la integración de aislante acústico y su propio sistema de anclaje, lo que agiliza el proceso de instalación. Pero el ruido no sólo se controla al exterior, también, se hace entre plantas.
Porque para una plataforma de cine vertical una de las cuestiones más importantes está en aislar la acústica entre las plantas de producción, no queremos mezclar los sonidos. Para resolver este “marrón”, los ingenieros de Thornton Tomasetti crearon unas losas flotantes, diferenciando espacios a nivel acústico y proveyendo de un espacio donde llevar las instalaciones hasta cada punto necesario.
Leeding Builders Group, la empresa constructora, nos indica que el cine vertical se organiza en torno a once salas independientes, con un gran escenario cada una de 1.700 metros cuadrados. Dispone de 18 metros de altura, y ancho y largo de 45 por 36 metros, lo cual dará mucho juego. Desde luego, pinta muy bien para el crecimiento cinematográfico de la ciudad.
La arquitectura y la ingeniería se alían en este nuevo espacio para conceder un respiro a la meca del cine, un respiro en altura, capaz de generar más aprovechamiento del espacio, además, con zonas verdes exteriores de las que disfrutar entre toma y toma… ¿Se puede desear más? Obviamente, se puede, y seguro que, con un poco de suerte, lo veremos.
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