La muralla roja, la más instagrameable e icónica de España
Edificios icónicos en España no faltan, sin embargo, hay algunos que cautivan, como la Muralla Roja del extinto arquitecto Ricardo Bofill, ahora en representada gracias al fotógrafo Márton Mogyorósy.
En España existe un edificio muy singular. Tanto, que su construcción y diseño se estudia en todo el orbe. Incluso vienen fotógrafos de cualquier lado del mundo para inmortalizarlo y perpetuar su imagen. Pero este complejo no está en Madrid o Barcelona, no pertenece a Sevilla o Bilbao, no posa en las calles de Zaragoza o Valencia, esta joya de la arquitectura se ubica en Calpe. Y hasta allí ha ido un fotógrafo húngaro llamado Márton Mogyorósy.
Este profesional de la imagen se enamoró de las siluetas vibrantes de la Muralla Roja (sí, así se llama este edificio). Un entramado de viviendas privadas gestadas por el afamado arquitecto Ricardo Bofill, fallecido en 2022, pero cuyo legado ha marcado un antes y un después en la arquitectura de nuestro país. Y según los entendidos… la Muralla Roja es uno de sus máximos exponentes.
Parece una fortaleza africana
El complejo se inspira en la cultura árabe mediterránea y su construcción finalizó en el año 1973, hace más de cincuenta años… Es increíble lo bien que conserva su privilegiada aura, porque, más que un edificio, es un nexo entre distintos tipos de culturas y personas. Su diseño simula una fortaleza, que permite una identificación directa con las Kasbahs del norte de África, gracias, entre otros elementos, a la similitud con las torres de adobe.
En un acantilado de Calpe (Alicante, claro), su disruptiva silueta se transforma a cada paso que damos a su alrededor. No, no es igual en ninguna esquina, pero tampoco posee los mismos colores. Esto hace que su esencia sea distinta y su presencia un placer para los sentidos. Y si piensas que el edificio está sobrevalorado, tampoco serás la única persona que lo piense, pero, aun así, se ha ganado un lugar en el limbo de la arquitectura moderna.
50 viviendas en la Muralla Roja
Martón ha utilizado drones para desplegar su arte sobre el edificio, capturando imágenes que se vuelven reverencias a la geometría de la construcción. Una geometría alegórica que muestra vastos muros y grandes patios interiores, que crean unos juegos de luz y sombra sin igual. Capta con serenidad, las distintas tonalidades de las paredes, del rosa, al violeta, del rojo al azul, pasando por todos sus matices.
En su interior cincuenta viviendas, de distintas tipologías, recogen las necesidades de distintas formas de enfrentarse a la vida. Eso sí, con derecho al uso de una espectacular piscina en forma de cruz en la cubierta, cuya impronta permite un hito más en el acantilado llamado La Manzanera. Esta forma de cruz se repite en muchos espacios del complejo, enseñándonos el mimetismo que posee la religión con la arquitectura.
Peculiaridades de este peculiar edificio
El diseño de Bofill se gestó diez años atrás de su finalización y su construcción se inició en 1968. Evidentemente, su ubicación frente al mar ha sido parte del éxito de este singular edificio. Además, las escaleras interiores, de no menor singular apariencia, se parecen a las famosísimas escaleras de Escher… ¿Sabes cuáles son?
Otros singulares elementos son los patios y los puentes interiores. Estos permiten el tránsito entre los bloques edificados y el disfrute de una gran zona verde en su interior. Según Mogyorosy: «Mi enfoque para crear superficies arquitectónicas es a través de un lenguaje visual que se asemeja a la abstracción de la pintura». Y oiga, no seré yo quien le lleve la contraria… El autor capta la estructura gestada por Bofill para reflejar las líneas más notables, con la inestimable colaboración de la luz del sol.
Su moderna influencia no solo atañe a la arquitectura. Entre sus paredes se han gestado anuncios de marcas como Zara, El Corte Inglés o Springfiel, y, seguro que, si has visto la serie de El Juego del Calamar, recordarás zonas que se parecen mucho al fantástico edificio. Pero la construcción pertenece a un entorno privado, y para entrar solo tienes dos opciones: conocer a alguien dentro o tener buena prensa.