La tienda más especial y dura de Rolex está en Toronto

Una genialidad transforma la fachada de la marca de relojes en una correa tallada en piedra, una soberbia interpretación del futuro de la marca: robusta y duradera.

(Foto: Doublespace Photography)

Las marcas necesitan diferenciarse, pero no de cualquier manera. Hay que destacar con estilo, con originalidad, con tradición y adecuándose a los tiempos que corren. O, por qué no, con todas estas características al mismo tiempo. Y no, no hablamos de los objetos vendidos por las empresas. O al menos, no solo de ellos, hablamos de su imagen corporativa y de su imagen arquitectónica. Conscientes de esto, en Toronto, los responsables de la tienda de Rolex (además de entender que la ciudad es todo un escaparate de nivel), decidieron encargar al estudio de arquitectura Partisans (originales ¿no?) su nueva sede. Y vaya si acertaron, puesto que los arquitectos pusieron toda la carne al asador para crear una fachada única y un interior soberbio.

(Foto: Doublespace Photography)
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La nueva tienda de Rolex en Toronto es más que un escaparate

La flagship o sede de la marca se ubica en el 101 de Bloomer Street, un edificio de oficinas en pleno centro de la ciudad, además, en una esquina del rascacielos, lo que la convierte en un deseado escaparate, por cierto, el local era hasta 2.022 utilizado por la marca de accesorios Cole Haan, seguro que has vistos sus zapatos de hombre y mujer en El Corte Inglés… ¿o me equivoco? 😉

Pues los buenos de Partisans idearon para el escaparate un modelo paramétrico muy singular, que representa una piedra tallada en formas onduladas, algo así como pliegues tipo telón, para que entremos a ver el teatro del tiempo (esto lo he puesto yo, obvio). Las piezas fueron talladas de forma digital, para dar un resultado impoluto y casi perfecto.

(Foto: Doublespace Photography)
(Foto: Doublespace Photography)

El interior de la tienda sigue el mismo patrón exterior

De base, la inagotable piedra caliza, una piedra de buen comportamiento, gran durabilidad y fácil talla, tres cualidades que permiten las labores desarrolladas en el material para la ejecución de la fachada. Además, en un guiño cómplice, las piezas continúan con el patrón implantado por la fachada principal, siguiendo las juntas de los elementos de la envolvente.

Para este trabajo, contaron con la indispensable ayuda del arquitecto italiano Arturo Tedeschi, experto en arquitectura computacional, y, además, un verdadero artista en el más complejo sentido de la palabra. Por supuesto, varios de los paneles permiten la introducción de vidrios como escaparates, con formas que imitan claramente la forma de un reloj de muñeca.

(Foto: Doublespace Photography)
(Foto: Doublespace Photography)

La tienda de Rolex tiene una iluminación especial

Un diseñador del estudio, Ian Pica-Limbaseanu, cuenta que las piedras se cortaron mediante máquinas 3D, dejando nichos en la mampostería para acoger la iluminación de la que hace gala la fachada, y que es un referente cuando se hace la noche, y los rayos lumínicos dan vida a los pliegues en las piedras calizas.

La piedra se convierte en un elemento innovador debido al tratamiento que se le ha efectuado, consiguiendo que sus formas fluidas alcancen una singular perfección, y atraigan las miradas de los más incrédulos. Al interior de la boutique, la piedra continúa siendo referencia, aunque esta vez como revestimiento de piso y paredes.

(Foto: Doublespace Photography)
(Foto: Doublespace Photography)

El tradicional color verde de la marca está presente

En la tienda, los asientos de color verde oscuro combinan con las obras de arte talladas en vidrio, y los muebles de nogal que se distribuyen por la tienda según las necesidades. Las piedras de las paredes, en tonos beiges, permiten el resalte del mobiliario, además de combinar en una composición muy elegante.

El amigo Tedeschi posee la experiencia para crear los algoritmos capaces de ejecutar la confección de las piedras de fachada, sus grabados asemejan las esferas de los relojes de la marca, incluso podríamos pensar que la combinación de todos los paneles, incluyendo la puerta de acceso al local, simulan ser un fantástico reloj de pulsera.

Por supuesto, vale la pena comprarse un reloj de diseño, si es un Rolex, pues mejor, que la marca ya tiene un largo recorrido y sabe perfectamente lo que hace, no obstante, se agradece que sean capaces de apostar por una arquitectura de vanguardia, bastante efectiva y efectista. Larga vida a Rolex.

Fotografías de Doublespace Photography

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