El deseo de Ramón Casas abre el Liceo barcelonés
Muestra por primera vez a la que fuera musa del artista, y lo hace en todas sus facetas: mujer fatal, flamenca, chula, castiza, elegante, monja y señora.
El Círculo del Liceo abre sus salones privados y presenta, en una exposición inédita y única, a la musa del pintor modernista. La muestra retrata por primera vez a Júlia Peraire en todas sus facetas: como mujer fatal, flamenca y señora. La monográfica está organizada por el Círculo del Liceo con la colaboración de la Obra Social «la Caixa». Se inaugura en el marco del Año Ramón Casas y reúne un centenar de obras y objetos, la mayoría de colecciones particulares.
Poco se sabe de ella. Bellísima, es el arquetipo femenino que marca toda una época, y ha pasado a la historia inmortalizada en infinidad de óleos, dibujos y carteles de la mano del artista Ramón Casas. La mayoría de estas obras han permanecido custodiadas largo tiempo en colecciones particulares y nunca se han visto juntas.
Siglo y medio después, cuando se conmemoran los 150 años del nacimiento del pintor modernista, el Círculo del Liceo, en colaboración con la Obra Social «la Caixa», le rinde homenaje con una gran exposición monográfica que resulta inédita por la temática y el lugar donde se presenta: los majestuosos salones del club privado, que abre sus puertas a la ciudad para la ocasión. Las fechas se entrelazan con armonía: si Ramón Casas nació en 1866, Júlia Peraire lo hizo en 1888, 22 años más tarde que él. Curiosamente, la pareja se casó en 1922.
‘Júlia, el deseo. Ramón Casas’ es una exposición de tesis que responde a la investigación y el estudio llevados a cabo por una de las máximas especialistas en la obra del pintor modernista, la comisaria Isabel Coll Mirabent y el Círculo del Liceo, cuya Comisión Cultural preside José García Reyes. Muestra por primera vez a la que fuera musa del artista y lo hace en todas sus facetas: mujer fatal, flamenca, chula, castiza, elegante, monja, señora.
Asimismo, revela el influjo de grandes maestros de la historia en la paleta del pintor. Lo hace a través de casi un centenar de piezas, entre pinturas, dibujos, carteles, fotografías, documentos, cartas, mobiliario y objetos. Proceden en su mayoría de las colecciones privadas del Círculo, así como de sus socios y otros particulares, siendo pocas las obras que se han solicitado a instituciones museográficas.