Cire Trudon, las velas de lujo que despidieron a Yves Saint Laurent
La manufactura lleva fabricando velas desde hace más de tres siglos y defendiendo un producto artesano y natural.
En los tiempos que corren es casi un milagro que sigan en pie empresas artesanas con casi cuatro siglos de historia. Es el caso de Maison Trudon, una firma de velas que lleva demostrando su expertise desde 1643 manteniendo desde entonces los más altos estándares de calidad.
De hecho, la cera de las velas Trudon ha sido objeto de desarrollos específicos que les confieren una calidad olfativa y de combustión excepcionales. Las mechas están hechas de algodón y los vasos con forma de cubeta de champán se centrifugan y tiñen a mano en Vinci, Italia.
El símbolo de la colmena rinde homenaje a las abejas que han contribuido a la calidad de las velas de Maison Trudon a lo largo de los siglos.
La historia de Maison Trudon
La Maison Trudon nació de la mano de Claude Trudon, que abrió su primera tienda de cera en la rue Saint-Honoré de París a mediados del siglo XVII. Años más tarde, Michel Brice Péan de Saint Gilles fundó una fábrica para blanquear ceras y fabricar velas en la ciudad de Antony, al sur de París.
Unos productos que dieron alas a Trudon para convertirse en proveedora de la corte de Luis XIV (Manufacture Royale) así como de las catedrales e iglesias más importantes de Inglaterra y Francia. De esta forma su popularidad fue creciendo hasta que uno de sus herederos, Jérôme Trudon, dio el paso definitivo.
En 1737 compró la Manufacture Royale des Cires, ubicada en Antony. Allí existe un bajorrelieve con un escudo de armas en el que se inspira el logo de la Maison visible en todas sus piezas. La fábrica innovó y perfeccionó el arte de fabricar velas de cera de abejas y adoptó el lema -visible en todas sus etiquetas- de “Ellas (las abejas) trabajan para Dios y el Rey” (“Deo Regique Laborant”).
Y este ha sido su leit motiv desde entonces. El de fabricar velas de cera natural, sin parafina y 100% artesanales. De hecho, Trudón está comprometida con la protección de la abeja negra a través del Conservatorio de la Abeja Negra de l’Orne.
Los amantes del lujo eligieron Trudon
Hoy en día, la casa forma parte del universo del lujo internacional por méritos propios. De hecho su nombre ha estado ligado a algunos de los nombres más significativos de la historia y amantes de la exclusividad.
El primero fue Napoleón, que con motivo del nacimiento de su hijo “L’Aiglon”, le encargó una vela con incrustaciones de monedas de oro con su imagen. Otro de ellos fue Yves Saint Laurent, que eligió las velas Trudon y no otras para iluminar (y perfumar) la Église Saint-Roch en su funeral en 2008.
Velas aromáticas y mucho más
Y es que la Maison comenzó a elaborar velas aromáticas solo un año antes de la desaparición del genio. Tras ellas amplió su portfolio con fragancias para la piel y actualmente cuenta también con colecciones navideñas, fósforos aromáticos, figuras, difusores y jabones, entre otros.
Además, e igual que hiciera en el pasado, Trudon también está abierta a colaboraciones con otras firmas. La última con la controvertida Jacquemus, con quien ha diseñado una vela de edición muy limitada combina con la icónica fragancia Abd El Kader y el color crema característico de Jacquemus. Todo combinando herencia y estilo contemporáneo.