Los taxis voladores: una realidad que llevará tiempo
Ya existen empresas que disponen de estos vehículos pero aún falta una regulación que permita su uso.
Los taxis voladores son una realidad en nuestro país y ya no parecen una invención futurista. Son un híbrido entre coche eléctrico, dron y avión de pasajeros que pueden despegar y aterrizar verticalmente. Están diseñados para el transporte de pasajeros en distancias cortas y tienen menos impacto ambiental que los aviones convencionales. Pero la falta de una regulación específica impide su uso.
El comienzo de los taxis voladores
Debutaron en el pasado mundial de fútbol de Qatar y en Baleares ya se pueden encontrar. En concreto, NextNorth, la plataforma digital de reservas de taxis aéreos opera en las islas con la intención de reducir el tiempo de los trayectos entre ellas.
El trayecto dura solo cuatro minutos, mucho menos que los 45 minutos que se tarda en avión. Sin embargo, estos vuelos se realizan de momento con un helicóptero tradicional, ya que los taxis voladores aún no tienen permiso para operar desde los aeropuertos.
El desarrollo de estos vehículos continúa
Otras empresas españolas también están trabajando en el desarrollo de taxis voladores. Es el caso de Umiles y Tecnicalia, que han creado el Umiles New Concept, un aerotaxi capaz de transportar hasta cinco personas en recorridos de hasta 300 kilómetros.
Los taxis voladores o VTOL, siglas que responden a ‘Electric Vertical Take-off and Landing’ (despegue y aterrizaje vertical eléctrico), suponen una solución innovadora y ecológica de movilidad, pero también plantean algunos desafíos.
La falta de regulación les impide volar
En concreto, todavía no existe una regulación específica que los contemple. El motivo es que se trata de una tecnología emergente que requiere de un marco legal adaptado a sus características y necesidades.
Una de ellas es la integración de los taxis aéreos en el espacio aéreo urbano de forma generalizada. Algo que implica coordinar su tráfico con el de otros vehículos aéreos como aviones, helicópteros o drones.
Para ello, se necesita desarrollar un sistema de gestión del tráfico aéreo urbano (U-space) que garantice la seguridad y la eficiencia de las operaciones. Por eso, para que llegue la implantación total de este tipo de aeronaves sostenibles, habrá que esperar.