Ya está en marcha el coche eléctrico más lujoso del mercado

En el sector de los coches de lujo eléctricos no todo es Tesla. A la sombra de la firma creada por Elon Musk y con algo menos de experiencia existen compañías dispuestas a hacerse con un trozo de un pastel tan jugoso como complicado de maridar. A su sombra y en la misma California le ha surgido un complicado oponente. Se trata de Karma Automotive, firma en la que han recalado ejecutivos procedentes de Tesla y Cadillac y que cuenta con capital chino detrás. El que aporta el mayor fabricante de componentes para automóvil del gigante asiático, Wanxiang Group. 

La intención de Karma es expandir por Europa su modelo híbrido, el Karma Revero. Un coche capaz de alcanzar los 100 km/h en menos de seis segundos y con una autonomía eléctrica de 80 kms y mixta cercana a los 500 kms. En Estados Unidos se vende por unos 130.000 dólares. Pero Karma Automotive tiene el punto de mira en otro segmento del mercado, más exclusivo y con clientes mucho más exigentes.

El CEO de Karma, Lance Zhou, confirmaba hace unos días el acuerdo con la italiana Pininfarina. La mítica casa italiana lleva casi un siglo diseñando modelos para fabricantes que llevan el lujo en su ADN. Y parece el socio perfecto para la estrategia de esta joven compañía, dado que según Lance Zhou «nuestro plan de negocios y productos se basa, en parte, en la colaboración con socios afines y ágiles como Pininfarina, cuya experiencia en diseño nos ayudará a acelerar el desarrollo, la diferenciación y la personalización del producto». 

A Europa también mira como objetivo Tesla. Su modelo estrella, el Model 3, comenzará a venderse desde febrero en el continente y se espera que sea un éxito, como ha sucedido en Estados Unidos. En el último trimestre Tesla ha vendido allí tantos coches como en todo el año anterior. Sin embargo, siguen siendo datos insuficientes y las cuentas no salen. A nadie se le escapa que son vehículos muy caros de producir y también caros de vender. Algo que el propio Elon Musk ha reconocido: «si bien hemos avanzado mucho, nuestros productos siguen siendo demasiado caros para la mayoría de las personas».

Palabras que Musk esgrime para justificar un nuevo recorte de plantilla (más de 3.000 trabajadores abandonarán la firma en breve y se unen a casi los mismos que dejaron sus puestos en junio pasado), porque sino la viabilidad de Tesla, que muchos cuestionan desde hace tiempo, será una quimera. Y el precio final del producto es un debate interno que tendrá también un coste para la marca, porque a un precio «popular» (se habla de 40.000 euros por unidad según configuración y modelo), Tesla dejaría de ser considerada una marca de coches eléctricos de lujo. En unos meses saldremos de dudas.