El grupo Swarovski posee tres divisiones de negocio y dos de ellas son casi desconocidas para el gran público. La compañía austriaca creada en 1895 por Daniel Swarovski no sólo hace joyas de cristal, aunque sea conocida mundialmente por ello. También mantiene activos desde sus inicios dos acciones en las que es puntera: la creación de herramientas abrasivas y de instrumentos ópticos. Curiosamente, Daniel Swarovski no fue el creador de los primeros prismáticos de la firma. Lo creó su hijo Wilhelm en 1935. Este floreciente negocio sería el embrión de una división propia, Swarovski Optik, que nació en 1949 y que ha llegado hasta nuestros días.
Swarovski quiere inspirar a las personas a amar y cuidar la naturaleza con telescopios, monoculares, visores y prismáticos creados con sus cristales más selectos. El resultado es un nutrido grupo de productos que, además, se pueden conocer en su tienda exclusiva de Wattens, cerca de Innsbruck. La única store del planeta de esta división tan peculiar.
Esta es sin duda una visita obligada para los amantes de la caza que se acercan a la zona para disfrutar de su pasión. Entre los productos más demandados están los binoculares. Una extensa gama para todos los gustos entre los que destaca la línea EL.
Unos binoculares ergonómicos y con un tamaño ideal para disfrutar de la naturaleza sin perder un detalle. La extensa gama, con diferentes combinaciones ópticas ronda los 3.000 euros.
Son ideales por ejemplo para los cazadores exigentes. El modelo EL RANGE 32 presenta una versión más ligera y compacta que la creada hace dos años. Es un dispositivo de gama alta disponible en dos modelos con aumento de 8x o 10x.
“Ciertos tipos de caza, como la caza en zonas rurales o en montaña, atraen cada vez más adeptos. Los dispositivos no sólo deben cumplir con las más altas exigencias en términos de rendimiento óptico, sino que también deben ser compactos y livianos. En cacerías largas, cada gramo cuenta”, asegura Stefan Schwarz, director general de Swarovski Optik. El modelo se acerca ligeramente a los 700 gramos.
Aporta elementos electrónicos novedosos y de gran ayuda para los cazadores. La precisión del disparo se ve favorecida incorporando datos atmosféricos como la presión del aire y la temperatura. Muestra la distancia de disparo ajustada o los datos necesarios para configurar la torreta balística de la mira telescópica.
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