Escribir a alguien ¿con boli?
Hemos olvidado que escribir a mano nos obliga a reflexionar y despierta nuestra honestidad. Snail Mail Café nos lo recuerda.
Escribimos decenas de emails y centenares de “whatsapps”. Escribimos en Facebook y Twitter. Posteamos en Instagram y Pinterest, pero hemos olvidado que escribir a mano nos obliga a reflexionar y despierta nuestra honestidad. El Snail Mail Cafe de Nueva York nace para recordárnoslo.
La última vez que escribí una carta de mi puño y letra fue hace un año. Tardé dos días. No es que tuviera mucho que decir, sino que se me atragantaban las palabras porque fui consciente de lo vulnerable que uno se vuelve al escribir con poca luz y un bolígrafo en la mano.
Sarah Bentley ha visto una oportunidad de negocio en esto y, desde hace un tiempo,lleva suSnail Mail Cafe(que sería algo así como: el Café Postal Caracol) por diversos establecimientosde Brooklyn con gran éxito de convocatoria. La propuesta es sencilla.Bentley te invita a que desconectes y te dejes llevar por lo que dicte tu mano. Sin 140 caracteres de límite, sin foto que adjuntar y, sobre todo, sin filtros. “Un movimiento como el del slow food, pero traído la escritura”, así le gusta describirlo a ella.
Por 7 dólares te provee de una carta de papeles, postales (Brooklynmade) y bolígrafos de colores para que escojasel que más se ajuste a tu gusto o a tu tipo de carta. Porque no es lo mismo escribir -y no se escribe lo mismo- en una postal, que en una carta perfumada o en un papel de alto gramaje. A tu disposición también, sobres de varios tipos, tamaños y colores y, si quieres darle un toque personal,hasta sellos de cera para que lacres tus ideas con aire retro.
Si no se te ocurre a quién escribir,puedes hacerte un selfie y escribirte a ti mismo. O a un desconocido. O a los camareros que, al parecer, son los que más cartas reciben en ese tipo de eventos. Lo importante es la experiencia y la comunión con el ambiente en el que ocurre.
Para terminar, le entregas tu carta y ella la envía por ti.Es como si el botón de enviar de nuestros clientes de email de repente tuviera cara e interactuase. De hecho, la inventora delSnail Mail Cafete sugerirá que, por un dólar más, envíes una postal de ánimo a un enfermo de cáncer a beneficio de una asociación con la que colabora.
A juzgar por los planes de futuro de Bentley, que ya está buscando local para que el concepto deje de ser itinerante,el obligarnos a desconectar de las máquinas para hacer cosas del pasado es tendencia. De hecho una de las cosas que más sorprendió a su dueña es que muchos de los asistentes al evento tuviesen alrededor de 20 años: “gente que no ha crecido con el concepto de carta como lo conocemos y percibimos los de generaciones anteriores”.
Al último evento, un especial por San Valentín, acudieron 40 personas y calcula que se enviaron un total de 55 cartas si tenemos en cuenta que algunos clientes se las llevaron en mano.Por escrito todos somos más sinceros, porque nos da menos vergüenza decir lo que nunca decimosy porque la intimidad que se crea con el destinatario viaja con nuestra forma única de escribir y sobrevive al tiempo que tarda en llegar la misiva.
Ya sea en elSnail Mail Cafeo no, te invito a que escribas una carta a quien quieras, que la envíes o que la entregues en mano, y que te olvides de acuses de recibo, dos ticks azules o “me gusta”. No solo harás feliz al destinatario -sea camarero o no-, sino que además descubrirás que tienes mucho más que decir, que lo que has dicho hasta ahora.