Una casa flotante a prueba de cambio climático
Vivir en la costa es una realidad ecológica con esta vivienda flotante, sostenible y muy segura, gracias a un sistema de elevación por pilotes.
El temido cambio climático augura un futuro muy oscuro para las viviendas costeras. Se prevé que el nivel del mar en el sur de Florida por ejemplo, una de las zonas más sensibles del Orbe, aumente entre los 15 y los 30 centímetros antes del año 2030, entre 35 y 90 centímetros para el 2060 y podría llegas hasta los dos metros en 2100… ¡Dos metros! Esto equivale a un abrupto cambio en las costas. Pero no debemos ser catastrofistas, dado que contamos con la mejor herramienta que existe (hasta que se demuestre lo contrario) en el universo: el ingenio humano.
¿Cómo podemos evitar que el mar engulla nuestras edificaciones y construcciones? Pues lo primero que nos viene a la mente es lo obvio: trasladándolas a un punto más alto. Lo segundo que nos viene a la mente es lo que la empresa Arkup ha tomado como referencia para crear sus edificios… o barcos. La “otra” solución consiste en elevar nuestras construcciones, de forma que no nos afecte la crecida del agua. En la compañía se pusieron manos a la obra y crearon un yate muy especial: ¡Una vivienda que flota y se eleva sobre cuatro pilotes a placer!
Una casa barco, con la que podrás vivir sobre el mar
La casa Arkup no deja de ser un yate muy bonito (el diseño lo es) del que sobresalen cuatro pilotes hidráulicos que se aposentan en el lecho marino, una ingeniosa forma de sobre elevar la embarcación por encima del agua, evitando su contacto mientras está varada. Esto sortea las mareas, las marejadas y otras abruptas elevaciones del mar, también está preparada para soportar impactos de vientos de hasta 155 millas por hora, unos 240 kilómetros por hora, es decir, es un salvavidas de primer nivel.
Pero esta residencia no es un mero proyecto, dado que ya han construido su primer prototipo, en Palm Island, Miami Beach, donde casi compramos una residencia el pasado año… ¿Os acordáis? Detrás de esta creación están sus orgullosos padres, los ingenieros franceses Arnaud Luguet y Nicolas Derouin, que no han parado desde que iniciaron esta aventura. Ellos la han puesto a la venta por 6 millones de dólares, unos 5,28 de euros, muy lejos de los 100.000 euros que nos iba a costar aquel modelo de origen ruso (hoy vamos de recuerdos), aunque hay una abismal diferencia en cuanto a concepto, desarrollo y producto.
La casa flotante cuenta con un techo de placas solares y un sistema de purificación del agua
La casa flotante viene equipada con un techo cubierto de placas solares, lo que supone unos 214 metros cuadrados produciendo energía eléctrica o, en otras palabras, supone la generación de hasta 3,6 kilovatios de energía, más que suficiente para no depender jamás de la red terrestre. Pero esta no es su única aportación a la ecología, dado que está provisto de un sistema de purificación del agua de lluvia recogida por el techo, almacenándola en el casco, para consumo de los usuarios.
Nicolas Derouin, que ejerce con orgullo el cargo de director general de Arkup, nos dice que su producto “se parece más a una casa que a un barco, pero nunca se pierde la inconfundible sensación de estar en el agua”. Añade, además, que el cambio climático es un gran problema, debido a que “las zonas costeras son las más deseables, pero también las que corren más riesgo. Miami está implementando medidas de resiliencia. Esperamos que Arkup pueda ser una pequeña parte de la solución”, esperemos que sí.
Una casa con todo tipo de comodidades y equipamientos
Aunque es obvio que el valor se les ha ido un poco de las manos, el objetivo principal de estos empresarios es lograr un modelo asequible, con el que desarrollar barrios flotantes, hoteles, bungalows ecológicos para familias, pequeños apartamentos para estudiantes, y un nutrido grupo de ideas para vivir cómodamente sobre el mar. Los usuarios de esta maravilla podrán amarrarse a un muelle, navegar por el océano y vivir sobre el agua con una gran calidad de vida, eso, sin contar la de impuestos que se van a ahorrar.
Otro colaborador entusiasta fue el estudio de arquitectura holandés Waterstudio, ya se sabe que en Holanda llevan muy bien esto de vivir por debajo del nivel del mar. El estudio diseñó una mezquita flotante, una prisión flotante, un spa flotante y un centro turístico flotante, así que algo sabrán de esto. La forma del barco es la de un ortoedro, aprovechando al máximo las proporciones para construir una vivienda de dos alturas, la de planta baja de 2,90 metros y la alta de 2,60.
La casa cuenta con 195 metros cuadrados de espacio exterior y 210 de vivienda
Según dicen, ni te vas a enterar del movimiento, así que estarás como en casa. El yate tiene aire acondicionado, y ventanas de gran resistencia desde el piso al techo. Las dimensiones son: 23 metros por 10 de plataforma, 405 metros cuadrados de espacio total, 210 metros cuadrados de superficie de la vivienda, y unos 195 metros cuadrados de espacio exterior, porque, si no lo habíamos comentado, tiene cinco terrazas para disfrutar del espacio abierto… ¡Mon ami!
La empresa que dedicó su esfuerzo en diseñar el interior del barco se llama Artefacto, y es brasileña. La planta alta está ocupada por tres dormitorios, que incluyen tres estupendos baños y dos balcones para gritar “¡Tierra a la vista!”, eso sí, sin tener que trepar enormes mástiles. La planta baja posee la sala de estar, el comedor, la cocina, dos baños más y una pequeña habitación con cama plegable, que puede servir para los invitados o como oficina. Aunque lo mejor es la cubierta exterior.
Situar tu casa en medio de una isla del Caribe, un lujo al alcance de muy pocos
Y es que la cubierta guarda un secreto fantástico: es deslizable. De ahí que la superficie aumente en 46 metros cuadrados al desplegarse. En la popa podremos encontrarnos con otra sorpresa, el baño se mueve hasta el mar, de forma que se convierte en una mini piscina. La velocidad de la embarcación es de 7 nudos, y puede alcanzar las 20 millas náuticas, aunque este límite se puede sobrepasar si aumentamos su potencia con baterías adicionales o un generador de apoyo.
Los empresarios aseguran tener ya un comprador, y presumen de una variada lista de espera, en la que destacan propietarios de islas privadas en el Caribe, donde será más fácil instalar una casa flotante que construir un edificio. Con todo, lo que aporta de distinto este prototipo es la posibilidad de introducir sus cuatro pilotes en el mar (unos doce metros) para sobre elevar el barco, toda una proeza que queremos probar, ¡seguro!