Conoce el pasado y el presente de Cartagena

Un paseo  por los restos de la Muralla Púnica nos da suficientes pistas de que Cartago Nova fue una de las principales ciudades de la Hispania Romana. La visita al Museo del Teatro Romano donde se puede conocer de primera mano cómo eran de lujosas las viviendas de la época, el diseño de sus amplias calzadas y cómo se organizaban los baños públicos de la época son quehaceres turísticos imprescindibles en esta ciudad que también cuenta con el Museo Arqueológico Municipal y el Nacional de Arqueología Subacuática.

La gastronomía local también merece una mención especial. Al ser una ciudad marinera los pescados frescos capturados en el Mediterráneo no faltan en la mesa. Pero sin duda, el  plato estrella es el caldero (arroz con pescado de roca). Además del mar, el huerto da productos fantásticos como los guisantes (pésoles en lenguaje local), alcachofas y las habas (con ellas secas se cocina otro plato típico, los michirones). En cuanto a las carnes, la más solicitada es la de conejo (con arroz o al ajo cabañil).

Para el postre, melón y el higo de pala-chumbo. En cuanto a las bebidas más típicas, destacan el Asiático  que se sirve en un vaso especial y lleva café con leche condensada con coñac, unas gotas de Licor 43 y un poco de canela (según me cuentan le encanta al director de cine Álex de la Iglesia) y Láguena (mezcla de anís y vino viejo a partes iguales).

Sus playas también son espectaculares. De hecho, es el municipio de España más premiado gracias a la belleza, calidad y calidez de las aguas. Frente a arenales muy solicitados como La Manga del Mar Menos o Cabo de Palos se encuentran otros paisajes protegidos salvajes, como Cala Cortina o Calblanque. Los ricos fondos marinos de su costa la hacen muy recomendable para la práctica de buceo o snorkel. De hecho, la reserva marina de Cabo de Palos-Islas Hormigas está considerada como una de las áreas de mayor diversidad subacuática de Europa.

Pero el interior tampoco deja indiferente. La mina Agrupa Vicenta se adentra en la sierra a ochenta metros de profundidad a la que se accede desde el centro de la ciudad en una línea de tren de vía estrecha (FEVE) hasta el municipio vecino de La Unión.