La Dieta del Humor

Fue la admiración la que en esta ocasión me llevó de nuevo a Bilbao la semana pasada. Si en El Rincón de Carla comparto experiencias, sensaciones, lugares o exposiciones, esta vez no podía ser menos. Cuando admiramos a una persona, cualquier cosa que esa persona haga o diga, nos cala hondo. Admirar paisajes, arte, arquitectura, objetos, es fácil cuando se tiene la sensibilidad adecuada, pero para admirar realmente a “alguien”, los requisitos son mucho más complejos. Para empezar, esa persona ha de tener cualidades extraordinarias, fuera de lo normal.

En este caso, ella es más pequeña que yo, pero siempre la admiré por entenderla no sólo diferente al resto, sino que con cierta envidia, me daba cuenta que hacía bien todo aquello que yo quería hacer aunque fuera un poco peor pero ni aún así lo conseguía. Para empezar, tiene una gracia natural y un humor rápido e inteligente fuera de lo común. Siempre fue lista y divertida pero poco a poco se fue haciendo muy culta. Su dominio del vocabulario me fascina.

Además es escritora y poeta, me atrevo a decir que es una gran poeta, carismática, trágica y experimental. Sus recitales emocionan hasta al último poro del cuerpo. Para colmo es capaz de dibujar, mi auténtica espina clavada. Dibuja lo que se proponga y parece que no le costara. Ilustra con humor viñetas, inventa chistes, crea personajes que siempre hacen reír. Cree en el arte como la mejor medicina para un mundo enfermo. En su haber cuenta hasta con un ninot indultado. Pero ha sufrido, la vida le ha pagado con palos tanta creatividad, sin embargo jamás le vi perder la sonrisa ni su buen humor. Y yo seguía admirando, ahora tanta fortaleza.

Con motivo de su primera gran exposición en solitario, quiero dedicarle El Rincón de Carla. Y de ahí que volvamos a Bilbao, esa tierra verde que casi me ve nacer. El Lienzo Azul presentaba la primera exposición en solitario de Guillermina Royo-Villanova también conocida como Clorata de Potasa. Mi hermana del alma. Esa parte mía que se aloja en otro cuerpo, un cuerpo precioso que siempre está junto a mí. Su personaje Madame Bobarín ya hace las sonrisas de miles de personas. Su humor único, espontáneo, fresco e ingenioso pero también reflejo de la realidad, activista de lo cultural, es admirado por mucha gente que busca, porque añora, lo exquisito.

Esta mujer regordeta y desgraciada pero feliz fue la protagonista junto con su creadora de la exposición en El Lienzo Azul de Bilbao. Más de cien personas se agolpaban para aplaudir a Bobarín en su gloriosa tarde. Y allí como un ángel con sombrero de copa brillaba Guillermina entre lo más influyente de la cultura bilbaína. Me sentí feliz y orgullosa. Yo era la hermana de la artista. En la muestra presentó su nueva obra, siempre fiel a su mejor dieta, la dieta del humor, “A Dieta Tu Tía”. Los primeros en pasar por su genial dieta fueron los miembros de La Familia de Carlos el del IV, divertida versión del cuadro de Goya, “La familia de Carlos  IV”.

La Venus Venir se mira en el espejo satisfecha de sí misma y deseando que finalice el evento para terminarse la cerveza que rebelde se refleja junto a ella. O la sorprendida por tanta expectación Sor Olla, sentada a la espera de su dieta vespertina. Al cuadro Mil Revoluciones le salieron muchos novios, y tal  como pasó con aquella “Libertad guiando al pueblo” de Delacroix, la multitud se unía a la causa jamás perdida para no ser arrasado por ella. Viñetas, láminas, pintura en madera o camisetas para lucir siempre un buen mensaje, completaban la muestra, a cuyo término el punto rojo aparecía en la mayoría de la obra.

El artista Pablo Ugartetxea ejercía de perfecta anfitriona interpretada de “Mademoiselle Chachel”, como pareja indiscutible de Madame Bobarín. Y cuando el Lienzo Azul estaba hasta la bandera, Guillermina recitó mientras proyectaba un vídeo, su último poema, cruel y cruda realidad, sobresaliente poesía. Emocionante interpretación de un poema dedicado al amor de su vida, aquel amor que siempre lo será y que ahora le acompaña desde algún lugar. Aplausos, risas, llantos. Es lo que tiene aunar en un espacio tanta sensibilidad.

Querida Guillermina, amada Clorata, mi feliz y única Madame Bobarín, desde aquí te damos la enhorabuena por no rendirte jamás al llanto, por descubrir al mundo que la mejor dieta es la del humor. Ese humor del que tú dices que “cobra su verdadero significado cuando las cosas van mal”. Pero cuando van bien, es el humor clave también para no perderse en el éxito. Triunfas profesionalmente pero siempre serás el ingenio humilde que nos pone los pies en la tierra y la cabeza en el cielo. Engrandeces a tu paso a quienes tienen la suerte de rondarte, y alegras la vida sin pensar en tu propia felicidad. Queremos seguir tu dieta, A Dieta Tu Tía, queremos ser gordos en ilusión, alegría y entusiasmo, queremos que el humor nos alimente.

“Madame Bobarín” se expone hasta el 27 de junio en la Galería El Lienzo Azul. C/ General Concha nº 16. Bilbao. (Fotografías: Carla Royo-Villanova)