En casi todos los hoteles hay un cartel que invita a los huéspedes a no cambiar las sábanas y las toallas diariamente como una manera de ayudar al medioambiente. Una frase hecha y una medida mínima para el legendario hotelero Barry Sternlicht, que una mañana hace más de una década despertó con la urgencia de hacer más por el planeta. El resultado: la cadena 1 Hotel en Nueva York y Miami. Un ejemplo de hoteles sostenibles que gana terreno en el sector.
Los clientes de 1 Hotel Central Park hacen el ‘check in’ electrónicamente y tienen una pizarra con tiza en su mesa de noche a fin de no utilizar papel. Se mueven en un Tesla por la Gran Manzana o pueden estacionar su bicicleta en un espacio diseñado para ello. Una alarma se enciende si llevan más de cinco minutos en la ducha y la ropa de cama se lleva a lavanderías ‘eco-friendly’, que hoy brotan como mala hierba por cada esquina.
Un antiguo edificio de oficinas en Midtown es el emblema verde de la ciudad. De sus 18 pisos, tres están tapizados con hiedra en un jardín vertical. En su interior, uno no se siente en una jungla gracias a las 24 mil plantas que se diseminan sin hacer el menor ruido. La entrada está flanqueada por macetas hechas de piedras volcánicas, terracota, troncos o cemento, con un aire a la tienda de Fransen et Lafite en el Madrid de los Austrias.
La puerta principal fue diseñada por el artista Charlie Baker con 1.600 ramas de acacia recogidas y en el ‘lobby’ cuelgan plantas de hojas lustrosas envueltas en musgo y cerámicas de la artista Stilliani Moulinos (ambos con talleres en Long Island City, Queens). Una pecera-terrario de vidrio reciclado con helechos adorna la mesa de recepción.
En el salón, una gruesa lámina sacada de un antiguo árbol sirve como cuadro. A su lado, otro gigante silencioso: el tronco hueco de un árbol. En la mesa, el compendio de plantas Florilegium de Basilius Besler, un clásico. Y por las mesas del restaurante Jams del chef Jonathan Wexman, se reparten platos de greda y pequeños troncos con suculentas como flores.
¿Quiénes son las encargadas de esta presencia verde y mágica? Tassy de Give y Tara Heibel de Sprout Home. La tienda en Williamsburg abrió en el 2007 después del éxito que consiguieron en Chicago. Especialistas en terrarios, plantas, flores y diseño de jardines, es uno de los rincones favoritos de los ‘hípsters’ de Brooklyn. En el hotel estuvieron detrás de los más mínimos detalles.
Colocando piezas de vidrio soplado para acoger suculentas y cactus en las habitaciones que subsisten con poca cantidad de agua. Adhiriendo cuidadosamente musgo a las paredes de ladrillos dejados a la vista como una huella del tiempo y la humedad. Repartieron campanas de cristal con plantas de su selecto inventario. Y de paso convirtieron al 1 Hotel Central Park un claro ejemplo de hoteles sostenibles, en el refugio natural para huéspedes exigentes y preocupados por el devenir del planeta.
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