Noche de Reyes, un lujo que viene de lejos

Dicen los Proverbios bíblicos que «Cabellos blancos son corona de honor» y, por eso, los llamados Reyes Magos siempre han llevado grandes barbas y melenas blancas (el Rey Mago negro no apareció hasta el siglo XIV y la Reina Maga hasta el XXI). Con los Reyes Magos comenzó el lujo. Nunca se había visto tanto derroche y boato en Belén y Jerusalén.

Los pastorcillos estaban con pequeños regalos y de pronto, !zas!, aparecieron los tres Reyes Magos con camellos y sirvientes. Traían oro, incienso y mirra, aunque era todo más bien algo simbólico, ya que venían solo de visita y se lo volvieron a llevar todo. Ahora los Reyes Magos vuelven a recuperar prestigio. Se abastecen en tiendas de lujo y este año han traído billetes para exóticos hoteles invernales, carísimas joyas y espectaculares trajes de fiesta. Ya se sabe que para Reyes se intenta olvidar la crisis. No hay más que ver cómo estaban las tiendas estos días.

Los Reyes Magos suelen tener preferencia -y no solo para el día 5- por determinados lugares. Lugares emblemáticos siempre fueron la calle Preciados de Madrid (no necesariamente la más lujosa) y también la calle Serrano (en la llamada Milla de Oro) o la Gran Vía. En Barcelona, los locales importantes están principalmente por el Portal de l’Angel, sin olvidar Portaferrisa y, por supuesto, Las Ramblas.

Puestos a seleccionar en otras ciudades -cosa difícil- están las tiendas de la calle Colón en Valencia, la Gran Vía de Bilbao, Tetuán en Sevilla o Loiola en San Sebastián. Lo malo es que -en plan barato- vienen los chinos copando el mercado.

El día 5, los Reyes de las cabalgatas se limitaron a arrojar caramelos desde sus carrozas. Además han intervenido en representaciones (autos sacramentales). Las más emblemáticas -por su antiguedad- siempre han sido las de Villena y Cañada (Alicante), Viso de los Pedroches (Córdoba), Aledo (Murcia) o Sangüesa (Navarra).