No hay nada como la casa de uno, pero también es un lujo encontrar un lugar en el que te hagan sentir como en tu propio hogar. Galicia es mi tierra, Pontevedra mi ciudad natal. Y en ellas puedo recuperar las raíces, recordar los olores de infancia, pasear por esas calles de las primeras juergas, revivir en la memoria esos momentos que se convirtieron en únicos y recobrar las experiencias que nos han hecho lo que hoy somos…
Galicia, pequeña y muy variada, es un paraíso por descubrir. Es una realidad incluso para los que hemos nacido allí. Cada corredoira (camino rural) esconde detrás de sus árboles y campiñas pequeños tesoros reconvertidos en casas rurales, que te transportan a las auténticas raíces y costumbres de esa tierra.
A solo diez minutos de la capital, en el Concello de Meis, se encuentra Novavila Design Wine Hotel, un palacete gallego reconvertido en casa rural.
Tiene solamente cinco habitaciones, decoradas cada una de manera diferente. El enclave privilegiado en el que se encuentra, en plena campiña pontevedresa, te hace escuchar el silencio.
“Novavila nace gracias a la pasión de mi familia por el vino, la decoración, por los lugares y por las gentes”, me comenta José Luis Vilanova, alma máter del establecimiento.
Hablamos de una casa familiar que data de 1776 y que recuperaron «para dotarla de un contenido singular y de una forma diferente de comunicar con quienes nos visitan».
Dice el empresario que el edificio aúna sus pasiones y también hace las funciones de showroom para la familia Vilanova Peña. «Somos viticultores con viñedos propios que dan cabida a una pequeña bodega familiar donde valoramos un par de referencias. Es un alojamiento un poco singular”.
Así, este alojamiento está dentro de lo que se denomina turismo de autor. El destacado confort se ampara en una decoración cuidada, mobiliario de autor y otros atractivos que llevan la firma de la casa.
Por ejemplo las velas, mikados y productos de baño que la familia Vilanova Peña elabora con ingredientes naturales (entre los que destaca la uva) y que refuerzan el concepto de exclusividad que quieren dar al hotel.
Ellos reconocen que fueron pioneros en enoturismo y que eso les ha dado un plus de creatividad para vender y dar personalidad a su alojamiento.
En este sentido, podemos decir que en Novavila Design Wine Hotel destacan cuatro cosas. En primer lugar es un establecimiento con carácter. En segundo lugar, tiene esencia sin olvidar la tradición. También ofrece al huésped un punto de tranquilidad y un toque de sofisticación.
“La suma de todo ello es lo que hace que nuestro destino merezca la pena y justifique el viaje. Por supuesto para disfrutar de la experiencia y también de la maravillosa comarca pontevedresa en la que está ubicado”.
Pero como lo mejor siempre está por llegar, el hotel se someterá pronto a una pequeña ampliación. Lo nuevo será un espacio focalizado para viajeros single, un nicho de mercado que desde el Novavila califican de muy interesante.
«Cada vez hay más gente que viaja sola y eso lo queremos mimar. Queremos potenciar que la propiedad te reciba como un cicerone, como un amigo más. Ampliaremos una o dos suites y seguiremos creando productos. Este es un mundo que no para y al que hay que seguir dando contenido dentro del concepto de negocio”.
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