Mi cabeza necesita un poco de sobriedad relojera. No me malinterpreten. El Breitling Superocean II y el Omega Globemaster son grandes máquinas, pero uno tiene sus preferencias en cuanto a diseño y estética. Me va la Bauhaus y el rollo limpio cuando se trata de elegir un reloj para mi “yo” urbanita. Algo que pegue con mi coche, con mi portátil de aluminio y con mi personalidad; vaqueros y jersey sin camisa no tienen por qué estar reñidos con poder presumir para dar la hora.
El Nomos Minimatik es un reloj plano, ligero, joven y muy bien diseñado. Si Jony Ive, vicepresidente de Apple y creador de los principales diseños de la empresa de Cupertino, se dedicara a hacer “Dumb Watches” seguro que optaría por una estética similar a la del cronómetro que hoy nos ocupa. Puede que eliminara algún color. “O rojo, o azul o amarillo, pero no los tres, por favor”, comentaría Ive.
De acero inoxidable y con un diámetro de 35,5 milímetros, el Minimatik no ha sido creado para los aventureros, aunque resiste hasta 3 atmósferas de presión sin que su estanqueidad se vea comprometida por los fluidos y puede reservar energía para el movimiento de las agujas durante 42 horas. Su cristal frontal, de zafiro curvado, no añade prácticamente grosor a un reloj que no llega a los 9 milímetros de altura (8,6 mm).
Para manejar sus sencillas —y escasas— funciones sólo hay una pequeña corona en la zona derecha. Cuando lo manipulamos estamos ajustando el nuevo calibre DUW 3001, cuyas iniciales se refieren al nuevo nombre que está estrenando la marca (Nomos Glashütte Deutsche Uhrenwerke). Este tiene una altura de 3,2 milímetros, puente de balance y rotor bidireccional. Su frecuencia es de 21.600 alternancias por hora (3 Hz). La correa que trae de serie es de cuero negro y la trasera de la caja es también de cristal de zafiro, lo que permite a su portador echar un vistazo a lo que deja entrever el Minimatik de su maquinaria.
Si tuviéramos que mirar una alternativa para este reloj —cuyo precio será de unos 2.800€ y estará disponible a final de 2015— podríamos fijarnos en otros modelos de Nomos como el Tangente. Pero, ¿hay más fabricantes que siguen la estela de la Bauhaus? Por supuesto. Una de ellas es Junghans, que tiene modelos como el Meister Agenda (1.995€) con unas características muy similares y la misma sobriedad en cuanto a diseño. También de Junghans, el Max Bill Chronoscope (1.545€) refleja un estilo racionalista e industrial, incluyendo calendario, cronoscopio con parada de segundero y movimiento automático en una caja de 40 milímetros.
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