Entra con nosotros en el vestidor de Ana Rosa

No utiliza reloj, se acaba de apuntar al gimnasio, está al día de todas las tendencias (aunque no es una fashion victim), compra casi todo por Internet y sabe que con la ropa también se comunica. Ana Rosa Quintana, la líder de las mañanas televisivas compartió con The Luxonomist sus gustos, manías y debilidades respecto al mundo de la moda y la belleza. Y he de decir que lo hizo de una manera muy cercana y cariñosa (una actitud que también tiene todo su equipo).

Su afición por los zapatos es vox populi (el día del encuentro llevaba sneakers de ante negro de Giuseppe Zanoti)  y tiene debilidad por los de diseño asimétrico y un poco abotinados.  Sin embargo, cuando abrí su armario de Tele 5  comprobé que el Rockstud de Valentino ganaba por goleada al encontrarlo en varias versiones, la mayoría en rojo. Pero su color predilecto es el blanco roto/marfil. De hecho, siempre que comienza temporada  los primeros días luce estilismos de esta tonalidad (el día que visité el plató la presentadora vestía un sobrio pero elegante vestido  de Max Mara, en blanco roto).

De igual manera que tiene estos dos colores favoritos tiene otros que apenas le gustan, como es el marrón y el nude. El negro no le apasiona y cuando lo utiliza ha de tener escote. De hecho, Mamen, su estilista me cuenta que cuando falleció el Papa Juan Pablo II  se tuvo que cambiar el look previsto para ese día (los cambios de la semana se dejan preparados el viernes anterior)  y se vistió de blanco porque «es un color muy espiritual para el luto».

Como excelente comunicadora que es, Ana Rosa es consciente de que la ropa también «habla» y por eso no se viste de igual manera si tiene que entrevistar a un político que a un cantante. Le gustan las líneas sobrias, elegantes y, a veces, vestirse con looks inspirados en la estética rockera con faldas de cuero porque «tiene unas piernas muy bonitas y también una clavícula preciosa a la que sacamos todo el partido con los escotes» (me lo recalcan por separado tanto su estilista como su sastra, Sole).

En sus programas luce ropa de Michael Kors, George Rech, Diane Von Furstenberg pero también de Zara, Mango y Massimo Dutti.  No le gustan las hombreras ni los accesorios recargados ni exagerados. Utiliza collares y anillos pero rara vez pendientes. Y nunca lleva reloj (esto es algo que me ha llamado mucho la atención teniendo en cuenta el ritmo frenético al que vive).

Antes de vestirse, Ana Rosa pasa por el set de maquillaje donde Ángel Luis le peina y Josefina le maquilla mientras repasa el guión del programa. Encima de la mesa brochas y maquillaje de  Shu Uemura, una de sus marcas fetiche,  «que compro en París y en Londres». Chanel, Mac y Bobbi Brown también ocupan un lugar destacado en el neceser. La base de maquillaje que utiliza es de YSL (color BR50).

Fuera del plató se decanta por los tejidos naturales (nada de fibras) a excepción de la lana que le irrita la piel. Sus marcas fetiche son Page (para pantalones) y Zadig&Voltaire (para chaquetas, jerseys y camisetas). En cuanto a su pasión, me cuenta su entorno que últimamente pone luce unos zapatos diseñados por la estilista Clara Courel cuyos beneficios van para la Fundación Mensajeros de la Paz, una ONG liderada por el padre Angel, y que apoya mucho AR.  También me cuenta que acaba de apuntarse al gimnasio al que acude al mediodía cuando no tiene comida de trabajo «porque es uno de mis propósitos para el 2015. Hago elíptica y me meto en la clase colectiva que haya en ese momento». Entonces le pregunto: ¿Y te sientes observada?, «Para nada,  la gente ni me mira». 

No sentirá lo mismo cuando próximamente recoja el Premio Joaquín Soler Serrano con el que la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión y la Academia de la Radio reconoce su destacada trayectoria profesional en ambos medios. Quizá este galardón lo coloca en su discretísimo despacho en el que conviven revistas, periódicos con un contundente sombrero de ala ancha diseñado por el londinense Philip Tracy  que «le he comprado a mi amiga Reyes Hellín en su tienda de Sevilla». Sobre la mesa, el libro sobre estilo del modisto Lorenzo Caprile y el bolso modelo Boston de Celine de piel de serpiente.