La NY Fashion Week más atípica de la historia

Septiembre es el enero de la moda y enmarca la cita más importante de la industria: la Semana de la Moda de Nueva York, que este año se está celebrando en Bryant Park, con la mirada puesta en las colecciones de primavera/verano 2016. Miles de diseñadores, compradores, retailers, bloggers, famosos, VIPs y prensa internacional se reúnen en Manhattan durante esta New York Fashion Week. Pero en esta edición están cambiando algunas tradiciones. La semana aún no ha terminado y ya ha hecho historia. Por varias razones.

La prensa internacional se ha hecho eco estas semanas de la apuesta por la diversidad de esta Semana de la Moda de Nueva York. La modelo australiana con síndrome de Down, Madeline Stuart, rompía con los estereotipos y protagonizaba el desfile de FTL Moda, siguiendo el ejemplo de la actriz Jamie Brewer, de la serie American Horror Story. Su inspiradora historia arrasó durante meses en las redes sociales, hasta que se anunció su participación en la cita de la moda neoyorkina. Y ella no fue la única en superar barreras en esta edición. La noticia del fichaje de Rebekah Marine también ha dado la vuelta al mundo.

Conocida como “la modelo del brazo biónico”, la top nació sin el antebrazo derecho. Después de ser rechazada en los castings una y otra vez, dejó la profesión de sus sueños. Hasta que probó un nuevo brazo biónico y recuperó la confianza en sí misma y en una industria que comenzó a abrirle las puertas. “Al ser una modelo con discapacidad, el camino ha sido muy difícil, sobre todo en los últimos años. Pero me he dado cuenta de que todo se trata de encontrar tu nicho en el mercado”, contaba a los medios estadounidenses Marine en la inauguración de la Semana de la Moda de Nueva York.

Y si la pasarela ya está abierta a todos los que tengan un sueño, también los eventos abren sus puertas a la calle. Por primera vez, Givenchy abrazó la New York Fashion Week y lo hizo a lo grande. Por sorpresa, anunció que iba a abrir las puertas de su show a la calle, a casi 1000 personas anónimas. Y lo cumplió. Regaló a través de Internet y las redes sociales entradas a todos aquellos que soñaban con asistir a un desfile de la aclamada cita de la moda. Los afortunados, sin embargo, no pudieron sentarse en primera fila con las habituales Anna Wintour o los Kardashian, Kim y Kanye. Pero sí pudieron disfrutar desde dentro de una velada de pasarela firmada por Tisci.

La democratización de la Semana de la Moda de Nueva York está llegando, además, a Internet. La primera en abrazar las nuevas tecnologías fue la estadounidense Rebecca Minkoff, que de sus probadores mágicos con pantallas interactivas ha pasado a los desfiles con gafas de realidad virtual para seguirlos desde el sofá de casa. Pero el camino tecnológico es interminable y apenas está mostrando las infinitas posibilidades de su aplicación en la moda. Intrépidos diseñadores, como la británica, Misha Nonoo, apostaron esta edición por presentar su colección completa en Instagram. Todo el interesado tiene acceso por lo tanto a su desfile, sin necesidad de estar entre el público asistente al evento.

Y a toda esta innovación, hay que sumar, por supuesto, los nuevos nombres que este año desfilan por primera vez y que tienen los ojos de la industria puestos en ellos. Desde estrellas de Instagram de las que aún no se sabe muy bien qué esperar, como The Fat Jewish. A Warm/Tracy Feith, que vistió a Michelle Obama; Raquel Allegra, Max Gengos o Monse, ex colaboradores de Oscar de la Renta que han vestido a Sarah Jessica Parker o Amal Clooney y ahora lanzan oficialmente su colección con altas expectativas. Tampoco conviene quitar los ojos de Mansur Gavriel, la pareja de diseñadoras de accesorios que están batiendo récord de ventas con sus bolsos de calidad y precios contra la crisis, ya consolidados como clásicos en apenas dos años de andadura comercial.