La ropa orgánica de Eileen Fisher

La moda verde ha llegado para quedarse. Y no es sólo una tendencia eco-friendly más. La industria es cada vez más consciente de la huella que deja en el medio ambiente y busca cómo avanzar hacia un diseño, producción y consumo de moda responsable, sin perder un ápice de glamour. Para ello poco cada vez más diseñadores apuestan por un cambio progresivo en los procesos de confección de las prendas: desde los diseños con productos alternativos y respetuosos con el ecosistema, tintes naturales, materiales orgánicos basados en el lino y el algodón tratados con agricultura ecológica, reducción del consumo de agua y energía en la cadena de producción y tendencia al reciclaje post-venta. Una de las eternas defensoras de una moda con mayor conciencia ecológica es Eileen Fisher.

Desde que dio sus primeros pasos en el mundo del diseño hace tres décadas en un loft de Tribeca con apenas 350 dólares de presupuesto, ha sido consciente de que la industria puede hacer más por el medio ambiente. Fue una de las primeras en construir su exitosa marca de ropa sin olvidar los materiales sostenibles y duraderos, para unos diseños eternos. En 2008 nació la iniciativa Green Eileen, un programa de reciclaje, por el que clientes y empleados donan desinteresadamente ropa usada de la propia marca para ser después reciclada. Se han reciclado más de 450.000 prendas hasta la fecha y cuenta con dos tiendas verdes en Nueva York y Seattle.

Cada estadounidense tira unos 30kg de ropa al año, pese a que el 100% de la ropa usada es reciclable. Por eso este programa se ha convertido con el tiempo en sostenible y también rentable. Las ganancias son donadas en gran parte a una selección de organizaciones no gubernamentales. Pero coincidiendo con el día de la tierra, Eileen Fisher ha dado un paso más allá. Y ha presentado su campaña “Sin Excusas”. Tiene la visión de que su empresa sea 100% sostenible en 2020 y de producir un balance de carbono neutral, o incluso positivo, en los próximos cinco años. Fisher quiere darle la vuelta a la industria, empezando por su propia marca. Manufacturas responsables, comercio justo, condiciones laborales equitativas, prácticas empresariales conscientes, agua, carbono, química y materiales naturales.

“Porque ya no hay excusas”, insiste la diseñadora estadounidense. Si una marca puede hacerlo es la suya. Se beneficia el planeta. Y sus clientes, que contarán con prendas duraderas de excelente calidad y bajo impacto medioambiental. Además de tejidos perfectos para la temporada primavera-verano. Camisetas, vestidos y complementos de lino, algodón orgánico y otros materiales reciclados o teñidos bajo los estándares sostenibles, perfectos para un día caluroso.

Eileen Fisher siempre ha dicho que su marca es de ropa, no de moda. Su intención siempre ha sido que sus diseños pervivan en el tiempo, más allá de las tendencias del momento. Y ahora se suma con la promesa de alcanzar el 100% de sostenibilidad en sus prácticas para 2020. Lo hará adaptando la cadena de suministro, desde el campo hasta la tienda, pasando por la fábrica. Menos toxinas, más justicia y responsabilidad. Porque su intención no es sólo medioambiental, también social. Y acaba de lanzar una nueva edición de su beca anual para mujeres emprendedoras con conciencia social, un total de 10 becas con un importe de 100.000 dólares cada uno para poner en marcha proyectos empresariales responsables en sus comunidades. Eileen Fisher nos recuerda así a todos que ya no hay excusas para una conciencia social y ecológica más responsable, también, por qué no, en el mundo de la moda.