No es tan raro que ocurra un gatillazo. Con mucha más frecuencia de la que pensamos, ellos pueden tener un bajón puntual. La razón casi siempre se encuentra en la ansiedad, especialmente cuando se trata de la primera vez que se hace con una persona, después de ligar online. Lo mejor es aparcar los prejuicios y el drama, y ponernos en el lugar del otro. En la literatura de divulgación sexual, casi todos los escritos están centrados en lo que debe hacer la mujer para disfrutar sexualmente, en cómo superar la insatisfacción o en cómo incrementar el placer sexual.
Otras veces se habla de lo que quiere él. Pero, ¿y si es él el que falla? No te lleves a engaño ni te montes películas acerca de la supuesta competencia sexual de tu pareja. Y ni mucho menos creas que siempre tiene que ir todo igual de bien. Unas veces irá mejor que otras, e incluso a veces las cosas pueden ir mal, como sucede en el caso de los gatillazos. Pero piensa que no pasa nada.
El gatillazo se da cuando él no consigue la erección, a pesar de estar psicológicamente excitado. Generalmente, con el gatillazo ocurre lo siguiente: antes del bajón, él sí que estaba excitado y a punto para la acción. Pero de repente pierde la erección y no es capaz de completar su respuesta sexual hasta llegar al orgasmo. Otras veces, desde el principio resulta imposible la erección.
Por este motivo, si la intención es hacer practicar la penetración, ésta se hace imposible. También, en otros casos, él puede perderla realizando el propio coito. Existen distintas situaciones para definir un gatillazo, pero lo más característico es que existe una pérdida de la erección involuntaria que, por decirlo de alguna manera, “corta el rollo” o impide que las cosas vayan dentro de lo esperado.
La erección es una respuesta refleja a la excitación sexual. Sin embargo, el motor que mueve el pene y lo aumenta de tamaño para prepararlo para la penetración es la sangre que entra en los vasos sanguíneos que existen en éste. Cuando los vasos no se llenan, no hay erección, y los motivos para que esto ocurra pueden ser físicos o psicológicos.
Internamente, el hombre puede haber desarrollado un descenso progresivo en sus andrógenos, que son las hormonas masculinas que participan en su respuesta sexual. Ante esta sospecha, conviene ir al médico, si bien esto no es lo habitual en un gatillazo, sino en una impotencia generalizada a todas o casi todas las interacciones sexuales. Existen algunas sustancias que posiblemente tengan más que ver en estos casos: el tabaco, el alcohol y algunas drogas blandas, como las derivadas de cannabis. En los jóvenes, la mayoría de las veces el gatillazo encuentra su génesis en el consumo de alcohol. También podría ser por algún fármaco. Los antidepresivos, por ejemplo, pueden interferir en la respuesta de su erección.
Suelen ser las más importantes, y más si se combinan con la ingesta de sustancias como el alcohol. La culpable de todas las razones psicológicas es la ansiedad, la cual produce en el cuerpo una serie de cambios físicos que son incompatibles con una respuesta sexual sana y completa. Si él está nervioso o incluso si se siente ese día simplemente cansado física o mentalmente, es posible que falle y se produzca un pequeño gatillazo. Otras muchas veces su autoexigencia respecto a quedar bien contigo, a dejarte satisfecha y a cumplir al cien por cien y “como un hombre”, son determinantes para crearle una ansiedad que, sin duda, influirá en su competencia sexual. En ocasiones, el hacerlo en lugares poco apropiados también puede ponerle nervioso.
Psicológicamente, es importante que comprendas que lo que ha pasado es un problema bastante propio de los hombres. Y por esta misma razón, no debéis hacer un mundo de ello, si lo último que quieres es crearle “paranoias” e inseguridad. Esta es la actitud que debes mostrar si se produce este incidente en tu pareja:
No te desesperes si el gatillazo sucede el primer día que os acostáis. El primer día es, precisamente, el menos representativo de toda la vida sexual que tenéis por delante. Aún no os conocéis ni tampoco tenéis confianza, y lo único que hay son nervios, deseo y ganas de quedar bien con el otro. Lo más importante de la primera vez es la forma en que puede condicionar vuestra actividad sexual posterior. Muchas veces, los nervios y el deseo de “cumplir” lo que se espera de uno en esos momentos, dificultan la ejecución y facilitan la aparición de problemas como el gatillazo. Sobre todo, nunca te dejes influir por una primera impresión.
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