El primer minuto para salvar una vida

Todos tenemos una historia que contar a la hora de hablar de situaciones que podrían suponer la diferencia entre la vida y la muerte de otra persona, en función de nuestra forma de reaccionar. El que no ha presenciado algún accidente, ha podido ser testigo de un salvamento en el agua, de una crisis infantil por anafilaxis, o de un atragantamiento comiendo la cosa más tonta.

Lamentablemente, nunca sabemos en qué momento nos vamos a ver en esa posición que nos ponga a prueba para salvar una vida. Por ello, lo mejor es estar preparado a través de una buena formación. Así lo afirma Tatiana Toledo, fundadora, junto a Laura Iglesias, de El Primer Minuto, un método pionero y nacido en España que pretende salvar vidas incidiendo en la importancia de nuestra reacción en los primeros instantes de la crisis. La idea surgió a raíz de una conversación entre madres (tanto Tatiana como Laura lo son), y a partir de ahí, se fue desarrollando hasta crear la fórmula que mejor funciona ante las emergencias: la que las aborda tanto desde el punto de vista médico como psicológico.

Aunque suene a tópico, más vale prevenir

“La iniciativa surgió hace un año, cuando nos dimos cuenta de que existía un gran vacío de conocimientos y formación en primeros auxilios básicos en todos los niveles, tanto pediátricos como generales. Como madres, era un tema que nos preocupaba mucho a Laura y a mí, y enseguida el proyecto ha tenido una gran acogida”, explica Tatiana Toledo. Visto a posteriori, nos preguntamos cómo no se le ha podido ocurrido antes a alguien, a la luz de las estadísticas, porque los datos son apabullantes.

Como señala Toledo  “más de 2000 personas mueren al año por atragantamientos, y los accidentes infantiles son la primera causa de muerte en los países desarrollados”.  Y lo cierto es que muchas de estas muertes se podrían haber evitado con una formación básica en primeros auxilios sobre los accidentes y urgencias más frecuentes.

La gestión emocional, tan importante como la médica

Los cursillos de primeros auxilios no son algo nuevo. Dicho esto, hay que señalar que nunca han sido populares, al menos en España, salvo para el personal sanitario o para ejercer algunos trabajos como el de socorrista. Este es un hecho muy llamativo teniendo en cuenta la cantidad de accidentes cotidianos que pueden suceder en casa, especialmente con los niños.

Como padres, cruzaremos los dedos para que nunca les pase nada a nuestros hijos, pero, siendo honestos, nos conviene preguntarnos si estaríamos preparados para reaccionar o si, por el contrario, quedaríamos desbordados por la situación.  “Por eso pensamos en diseñar un método que permitiera que las personas supieran exactamente cómo actuar antes de que lleguen los servicios de urgencias o antes de acudir al hospital. Este método se diferencia de otros existentes porque es el único que aborda la gestión de emociones ante una situación de emergencia. Porque de nada sirve tener conocimientos si en ese momento estamos bloqueados y no somos capaces de actuar”, nos recuerda la cofundadora de El Primer Minuto.

La psicóloga Vanessa Abrines es parte del equipo y nos previene de sensaciones emocionales muy fuertes que debemos aprender a controlar en este tipo de situaciones.  Lo conseguiremos tomando conciencia de ellas y a través de las instrucciones, tanto a nosotros mismos como a otros.  Una buena forma de comenzar a tomar el control será haciendo una respiración profunda.

Cursos para colectivos, empresas y particulares

Para luchar contra esta falta de formación efectiva en primeros auxilios, El Primer Minuto ofrece cursillos intensivos de tres horas.  En estos,  y mediante una praxis dinámica, se nos formará a cualquiera de nosotros para estar preparados a la hora de tratar de salvar una situación de emergencia. El personal que imparte los cursos se compone de un equipo multidisciplinar en el que participan psicólogos, médicos y enfermeros. Cada uno de ellos nos explicará lo que debemos hacer desde su ámbito de conocimiento profesional. ¿Lo mejor? Es que lo hacen de un modo muy práctico y ameno, con ejemplos de historias reales y el uso de material y maniquíes para ejercitar una simulación real.

¿Quién puede estar interesado en estos cursos?  Cualquiera que desee aprender a reaccionar ante un posible accidente. Es decir, cualquier padre a título personal, pero también colectivos como colegios, centros de hostelería o cualquier otro grupo de riesgo de padecer los accidente más comunes. Básicamente, los siguientes: atragantamientos, alergias, traumatismos, cortes, quemaduras y paradas cardiorrespiratorias.