Hay días en los que uno no tiene ganas ni de mirarse al espejo. Y desde ahora, hay espejos que no te mirarán si no sonríes. Berk Ilhan, un joven diseñador industrial, lo ha creado pensando en aquellas personas que, por diferentes motivos, necesitan una dosis de optimismo en todo aquello que realizan, aunque sean gestos tan cotidianos como mirarse al espejo.
Smile Mirror solo refleja la imagen cuando se sonríe ante él. Un sencillo gesto que es muy importante, por ejemplo, para los enfermos de cáncer. Técnicamente, el espejo tiene el tamaño de una tablet, se puede colgar en la pared e incluye una cámara y un software de reconocimiento facial que gestiona el dispositivo.
Berk Ilhan pasó varias semanas en Turquía, su país natal, conversando con pacientes, familiares y oncólogos. «Me dijeron que en los primeros días después del diagnóstico, era muy difícil mirarse al espejo y reconocer que tenías cáncer». El espejo se produce en la actualidad en cantidades limitadas y su precio supera los 2.000 euros. La intención de Ilhan es obtener los recursos necesarios para ampliar su producción y reducir el precio hasta cerca de los 500 euros por unidad.
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