El vino que se come

No cabe duda de que el vino, además de beberse, es un aliado en la gastronomía. A lo largo de la historia del vino y de la cocina, se ha utilizado en diferentes recetas de carnes, pescados y repostería. Hoy en día, las diferentes técnicas culinarias se expanden dando un sinfín de posibilidades para el paladar, pero en formato sólido.

Los riñones al Jerez es un gran clásico de la cocina andaluza en la que el elemento indispensable es el vino de esa zona: el Jerez. Aunque normalmente se utiliza el fino o la manzanilla para elaborarlo, esta carne tan ‘poco noble’ se convierte en una auténtica delicia cuando el condimento es el oloroso o el amontillado.

El micuit de foie es uno de los entrantes más delicados y en algún momento ha formado y forma parte de la carta de cualquier restaurante gastronómico. Llegado desde Francia, el foie, por ser un elemento graso, busca en su acompañamiento contrapuntos dulces y ácidos. Una gelatina de vino aszú de Tokaji transforma este plato en irresistible, destinado a los paladares más exigentes.

Las carnes rojas que tan bien maridan con el vino tinto, son también compañeras inseparables de una salsa de vino tinto reducida. La función del vino en este caso no solo es gustativa, que también, sino que depende de qué tipo de carnes, que requieren una cocción larga, ayudan en el proceso de ‘enternecerla’, dándole melosidad y sabor.

En repostería también el vino y ciertos destilados son partícipes de las innumerables recetas en muchas tartas, bizcochos y otros. La imaginación y la creatividad de los pasteleros y cocineros de dulces crean, por ejemplo, esta deliciosa crema traslucida de champagne con frutos rojos.

Quizás, en la actualidad, sea la parte de los postres o de los dulces la que más ha innovado creando helados de vino de diferentes sabores y diferentes variedades o incluso, se atreven con el chocolate, haciendo bombones también de vino que hoy en día están al alcance de todos.

De una forma u otra, el vino siempre nos acompaña en la mesa, bien de manera líquida o sólida. El vino, que se come.