Aragón se une al efecto Passivhaus
La inauguración del primer complejo residencial de Aragón con el estándar Passivhaus sitúa a la región a la cabeza de la sostenibilidad.
Aragón se está convirtiendo en un foco arquitectónico sostenible de primer nivel. Ya vimos hace poco cómo se está ejecutando una novedosa exposición de arquitectura contemporánea a tamaño real y ahora hemos asistido (el pasado 31 de enero) a la inauguración de otro hito arquitectónico en la región, concretamente en su capital. Se trata del segundo complejo residencial con certificación Passivhaus de España (el primero es el edificio Thermos, en Pamplona), el primero de Aragón.
Su nombre: Residencial Scenia. Su tamaño: 13.576 metros cuadrados. Su ocupación: 26 viviendas comunitarias en un edificio de tres plantas de altura sobre rasante. Cada vivienda cuenta con una superficie media de 150 metros cuadrados interiores, tienen comunicación directa con porches abiertos y cerrados (con cristal), para disfrutar del espacio exterior en verano e invierno.
La empresa detrás de esta magnífica obra es el Grupo Lobe, que ha apostado por los parámetros más altos de confort. Estos parámetros se apoyan en tres criterios: la calidad, la sostenibilidad y la innovación. Para cumplir con el segundo requisito, el de sostenibilidad, la empresa se está apoyando en el estándar Passivhaus, el más exigente conocido, cuyas pretensiones son las de crear edificios con consumo energético casi nulo.
Así, desde la concepción del proyecto se aplicaron los principios del Passivhaus Institut, la máxima autoridad en casas pasivas de Europa. La empresa Vand Arquitectura, con sede en Madrid, fue la garante de que el inmueble cumplía todos los requisitos para el certificado Passivhaus Classic. En otras palabras, que tiene una demanda de energía de calefacción y refrigeración menor o igual a 15 Kilovatios hora por metro cuadrado, una demanda de energía primaria menor o igual a 120 kilovatios hora por metro cuadrado y una infiltración de aire menor o igual a 0,6 renovaciones por hora a 50 pascales (Pascal: unidad de presión).
Pablo Carranza Navarro, Director de Sostenibilidad y eficiencia energética de Lobe nos explica: “Se ha tratado de aplicar los principios del estándar de la manera más sencilla posible en una construcción con soluciones técnicas habituales de estructura de hormigón y cerramientos de ladrillo. Además de los principios básicos del estándar se han aplicado otros criterios generales de diseño pasivo para la localización climática de Zaragoza como una orientación adecuada del edificio, grandes ventanales y galerías colectoras al Sur, vuelos en terrazas para bloqueo solar y una fachada ventilada acabada en color blanco muy beneficiosa para el período de verano que han contribuido a un buen resultado del balance energético del edificio”.
A la inauguración asistió también Adelina Uriarte, presidenta de la Plataforma de Edificación Passivhaus (PEP) que argumentó: “Estamos encantados de que el estándar Passivhaus se siga extendiendo por la geografía española y que más allá de viviendas unifamiliares se construyan edificios de viviendas bajo este estándar. Gracias a construcciones como esta muchas familias tendrán la posibilidad de vivir en un entorno energéticamente eficiente que, sin duda, les aportará confort y bienestar”, totalmente de acuerdo.
Luchar contra el cambio climático debe convertirse en una prioridad para los distintos colectivos, ya sean públicos o privados. No obstante, desde la Plataforma nos indican que los edificios son los responsables del 40% de la energía total que consume el Globo, de ahí la importancia de actuar con eficacia en este sector. Un edificio con certificación Passivhaus garantiza un ahorro de hasta el 90 por ciento en climatización, comparándolo con un edificio convencional (si entendemos por convencional un edificio construido sin los estándares pasivos), además, disminuye la huella de carbono (premio).
Los principios sobre los cuales se sustenta la certificación Passivhaus son cinco: aislamiento térmico de gran espesor (o eficacia), ventanas y vidrios de altas prestaciones, ausencia de puentes térmicos, ventilación con recuperador de calor y ausencia de infiltraciones de aire para responder a los criterios de salubridad que exige la normativa. Estos cinco puntos deberían formar parte del ADN de los diseñadores de edificios, no existe ninguna excusa para que no sea así (ya está, lo he dicho).
Pero Residencial Scenia es algo más que un edificio pasivo. Es un compromiso inmobiliario que ofrece a sus clientes la posibilidad de elegir el diseño de su hogar. Para ello proponen cuatro ambientes: Venezia, Berlín, San Sebastián y Cannes, cada uno con interpretaciones diferentes de lo que es una vivienda. Así que si te decides a comprar tienes una mayor variedad de elección. Para que te hagas una idea, los precios oscilan entre los 398.000 y los 518.000 euros (más I.V.A., claro).
Constructivamente hablamos de espacios amplios, techos altos, suelos radiantes/refrescantes, persianas motorizadas para la comodidad de los inquilinos, iluminación de alta eficacia con Led´s (siempre led´s) y carpintería exterior de PVC de altas prestaciones térmicas y acústicas, con vidrios multicapa de baja emisividad. Cada apartamento viene con cocina completamente equipada (incluyendo electrodomésticos), con baños que ofrecen muebles volados, grandes espejos y mamparas, y griferías de diseño.
Como toda urbanización de lujo que se precie, Residencial Scenia pone a la disposición de los inquilinos un extenso parking privado, con dos plazas de garaje por apartamento. Tiene piscina para adultos y para infantes y canchas de padel, el deporte de moda. El Grupo Lobe, tiene previsto diseñar, construir y certificar todos sus proyectos inmobiliarios bajo el estándar Passivhaus. Y planean construir en Madrid, Valencia y Zaragoza unas 1.500 viviendas en los próximos tres años… ¡Hay que estar atentos!