Nuevo encuentro entre Paula y Miguel. «Paula no tiene nada que esconder»
Paula Echevarría y Miguel Torres han sido fotografiados por segunda vez entrando en unos apartamentos de la capital.
Hoy viernes, la revista ‘Corazón’ ha publicado en exclusiva las segundas fotografías de Paula Echevarría y Miguel Torres. Si las primeras instantáneas (de las que os hablamos la semana pasada) se tomaban el pasado 11 de febrero en el madrileño hotel Villamagana, en esta ocasión la pareja fue pillada, entrando por separado, a unos apartamentos también de Madrid.
Según explica Aurelio Manzano en el reportaje, «Paula ya no se esconde. En realidad, no tiene por qué hacerlo, ya que es libre sentimentalmente. Seguramente, esta imagen se convierta en algo normal, aunque no veamos el esperado beso». De hecho, según el periodista, «Paula no tiene, no quiere y no va a dar explicaciones sobre su vida porque nunca lo ha hecho. Lo que se tenga que ver, se verá…».
De esta manera, la revista que dirige Pilar Vidal afirma que la asturiana ha decidido cerrarse en filas y guardar silencio: “Paula no tiene nada que esconder. Cuando ha querido decir algo, lo ha dicho, pero en esta ocasión no se va a pronunciar sobre este tema”, declara una persona cercana a la actriz.
La relación entre Paula y Miguel
Otro de los puntos que publica la revista es la cronología de esta nueva e incipiente relación entre la actriz y el futbolista, situando su primer encuentro el pasado mes de noviembre durante unos premios de la música. Ambos se conocieron hace ocho años, con motivo de un videoclip de David Bustamante, en ese momento marido de Paula.
Después de aquel “encuentro musical”, volvieron a coincidir en la fiesta de cumpleaños de Alicia Hernández, amiga de ambos y una de las diseñadoras de Dolores Promesas. A partir de enero, cuando ya no había «vuelta atrás con David«, según declaró la asturiana a este medio, ella y Miguel Torres iniciaron una amistad por teléfono, según publica la revista.
En relación al divorcio de la actriz y el cantante, al parecer no habrá una guerra entre ellos por la custodia de su hija Daniella, de nueve años. Ambos han declarado que jamás harían nada para perjudicarla, algo que parece que cumplirán ya que su relación por ahora es cordial.
