Trump y Melania ya no disimulan
La primera dama simplemente cumple con el protocolo en sus apariciones públicas con su marido, y ya ni se rozan la mano.
El Presidente de Estados Unidos no se acuerda de su mujer ni cuando llueve, me comentaba un amigo corresponsal en Washington hace unos días. Y parece que es vox populi, que el matrimonio no se soporta. O más bien, Melania a Donald Trump, y desde luego, razones no le faltan. Por un lado los constantes escándalos de aventuras sexuales de su marido mientras ella estaba embaraza de su hijo Barron, y también meses después.
Ya sabemos que el abogado de Trump pagó el silencio de algunas de las mujeres que ahora le acusan de acoso sexual y quieren compartir sus intimidades con el Presidente de Estados Unidos en los platós de televisión. Algo que no es novedad en Estados Unidos, y que ya vimos con la historia Lewinsky-Clinton, pero que a Melania no le está haciendo ninguna gracia.
Trump ni siquiera se acordó de ella el día de la madre. Sí de la suya, de la de Trump, en todas sus redes sociales. El magnate tiene de todo menos detalles con la primera dama. El día de su cumpleaños, preguntado en un programa de televisión sobre el regalo que le había comprado a su mujer, dijo que “una tarjeta de cumpleaños, porque estoy demasiado ocupado para comprar nada más”. Argumentó que su trabajo es “defender los intereses de Estados Unidos y no comprar un regalo a su mujer”. Y parece que así fue.
Melania Trump, sin embargo, sigue creciendo en popularidad en las encuestas, y no como “la primera dama que susurra al oído del Presidente”, sino como mujer independiente que ha sabido distanciarse públicamente de su marido. A diferencia del resto de las primeras damas, que eran conocidas por ser la “verdadera influencia” de sus maridos, en este caso, todo el mundo sabe que Melania y Donald no comparten habitación, no almuerzan juntos y, raramente cenan uno frente al otro. Vidas separadas en el ala Este y en el ala Oeste de la Casa Blanca.
Desde hace meses, prácticamente desde que Trump fue nombrado presidente, hay rumores de divorcio en la pareja. De producirse, sería el primer divorcio en la Casa Blanca en la historia del país. La primera dama simplemente cumple con el protocolo en sus apariciones públicas con su marido, y ya, ni se rozan la mano.