Más complicaciones para Prada
Prada no consigue dejar atrás los problemas. Justo después de anunciar su segundo ejercicio consecutivo de estancamiento, se ha conocido la salida de uno de sus ejecutivos históricos.
Prada no encuentra la forma de poner fin a la mala racha. El último acontecimiento de la serie ha sido la dimisión de su director financiero, Donatello Galli, que estaba en el cargo desde hacía 12 años. De acuerdo con la compañía, Galli abandona el grupo para buscar nuevas oportunidades profesionales. Prada aclara que no se ha producido ninguna discrepancia con el ejecutivo, aunque lo cierto es que la salida de este histórico de la empresa coincide con el segundo año consecutivo de estancamiento.
La sustituta de Galli será la que hasta ahora era directora de las relaciones con los inversores, Alessandra Cozzani. La elección de Cozzani parece evidente. Galli ha sido el encargado de presentar las cuentas de Prada durante más de una década (incluida la salida a Bolsa) y su ausencia podría generar dudas entre los inversores, por lo que han escogido una cara familiar para estos inversores. Galli era la cara visible de la empresa cuando la acción llegó a duplicar su valor en Bolsa a los dos años de su debut.
En cambio, la salida del CFO llega en el peor momento de Prada en bolsa desde su debut en 2011. Cotiza a poco más de 23 dólares hongkoneses por acción, un 70% por debajo de sus máximos de 2013 e incluso un 40% del valor de su OPV, fijado en 39,5 dólares hongkoneses.
Prada repitió en 2015 los ingresos del pasado año (3.550 millones de dólares) tras caer un 1% en el ejercicio anterior. La fortaleza del dólar, el desplome de su negocio en China (un país donde había crecido significativamente en los últimos años) y los atentados terroristas de París han perjudicado notablemente sus resultados. Además, le está pasando factura su errática política de ventas online. Mientras que estas ventas crecen en la industria el doble que las ventas por los canales tradicionales, en el caso de Prada apenas suponen un 1% de su facturación total.
Para compensar esta tendencia, Prada ha puesto en marcha un plan de ahorro de costes y de racionalización de su red de establecimientos, aunque todavía es demasiado pronto para estimar el resultado que estas medidas puedan tener.
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