¿Sabes cuánto te engordan las nuevas tecnologías?

Con una buena dieta digital podrás romper con la adicción a la tecnología y recuperar el equilibrio en tu vida.

Patricia Peyró. 13/11/2018

A estas alturas nadie cuestiona que la incursión que han hecho las nuevas tecnologías en nuestro día a día es definitivo. Con sus ventajas y sus inconvenientes, lo importante será adaptarlas a nosotros, de modo que no lleguen a dominar nuestras vidas. Así lo recomienda Daniel Sieberg, el autor del título y top ventas de The Digital Diet (La dieta digital). En su obra, a pesar de ser experto en nuevas tecnologías, emula ser un dietista y se produce una analogía entre la obesidad y la adicción, la dieta y la compulsividad en el uso de los dispositivos.

El libro de Sieberg se reedita constantemente porque no es nuevo, sino que tuvo su primera edición en 2011. Por aquel entonces el autor ya hablaba de la necesidad de “desintoxicarse” de la tecnología. Sin considerarse él mismo “antitecnológico” -de hecho es directivo de marketing en Google y ha sido periodista y corresponsal de tecnología en cadenas americanas como la CNN-, recomienda el control y moderar el uso. Para ello recetaba en su momento cuatro pasos con los que ir eliminando su uso paulatinamente hasta erradicarlo por completo de nuestra vida cotidiana. Sólo entonces podremos volver a incorporar el uso de dispositivos, también poco a poco y sin sobrepasar una hora diaria.

Los niños no deben mirar a las pantallas antes de ir a la cama para evitar las consecuencias físicas y psicológicas de no dormir

La idea es retomar el uso de una forma más consciente y responsable con nuestra salud y vida social, que se puede ver dañada por el abuso de móviles e Internet a través del fenómeno conocido como phubbing. En el caso de los niños, la tendencia a la sobreexposición a las nuevas tecnologías tampoco puede pasar desapercibida, afectando en esta ocasión a su percepción de la realidad y a su forma de relacionarse y comunicarse entre ellos, pero también a los canales más formales y de ámbito académico y profesional.

La relación real entre las pantallas y la obesidad

La analogía de Sieberg no está basada completamente en la ficción, sino que diversos estudios sí han demostrado una relación directa entre el abuso de gadches y la obesidad. La relación viene principalmente descrita por el modo en que estos interfieren negativamente con el descanso, produciendo insomnio en los usuarios nocturnos. La exposición a la pantalla “básicamente le dice a tu cerebro que esté despierto y que no es el momento de ir a dormir”, explica por su parte Dan Siegel, psiquiatra y profesor de la Universidad de California en Los Ángeles. “La luz del dispositivo genera la orden de no producir melatonina, hormona implicada en la conciliación del sueño, que se ve postergado a veces durante varias horas”. El resultado es una evidente falta de descanso al día siguiente, algo que, además, puede producirnos obesidad, ya que a nivel metabólico, también afecta a la producción de insulina.

El sedentarismo asociado al uso de videojuegos y dispositivos es tiempo restado a actividades deportivas necesarias para evitar la obesidad infantil

El riesgo de la obesidad infantil

Los niños no están exentos de  ese efecto menos conocido de las pantallas y que condiciona su salud. Pero, sobre todo, no se libran tampoco de la obesidad infantil, que ya se está convirtiendo en una auténtica epidemia, según denuncia la OMS. Desde esta organización la definen como uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI”. Médicos y pediatras, por su parte, coinciden en advertir del alto riesgo de desarrollar diabetes que sufrirán los niños obesos en el futuro. En este sentido, al margen de la falta de descanso, todas las horas pasadas frente a la tablet, el móvil o el ordenador, son horas de sedentarismo restadas a cualquier otra actividad realizada al aire libre y vinculada al ejercicio físico, tan necesario para mantenerse en forma y controlar el sobrepeso.

Pautas para dejar de ser un obeso digital

No convertirse en obeso digital o dejar de serlo es tan sencillo como retomar el control y hacerse la siguiente pregunta: ¿Queremos que alguien nos diga lo que nos interesa (vía noticias, redes sociales, mensajería instantánea…)? ¿O queremos decidir por nosotros mismos lo que nos interesa y conviene? Para conseguir la desintoxicación, el autor de La dieta digital recomienda dejar de incurrir en la compulsividad y en el efecto “multitask” (que no es tan favorable como se cree) y seguir estos sencillos consejos que él mismo aplica:

  • Acotar zonas en las que el uso de los dispositivos estén prohibidos. Por ejemplo, la habitación, que habría de ser el templo del descanso.
  • No usar el móvil en restaurantes.
  • No comenzar a usar el correo y a responder a mails antes de las 8 de la mañana, salvo casos de urgencia.

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