“Si compras un perfume falso, pones en riesgo tu salud”
El uso de perfumes falsos puede producir efectos perjudiciales como alergias, intolerancias, manchas en la piel o quemaduras por el sol.
“Si compras un perfume falsificado, pondrás en riesgo tu salud”. Así de claro lo tienen los expertos consultados por la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, Stanpa, que con la llegada de la Navidad nos advierten de la importancia de adquirir los perfumes en locales especializados y evitar la compra de los mismos fuera de los circuitos habituales en este tipo de productos. Más allá del impacto económico y del empleo (casi 1.000 millones de pérdidas y más de 8.000 puestos de trabajo), la compra de perfumes falsificados supone un riesgo severo para la salud porque utilizan productos con ingredientes fraudulentos y fabricados clandestinamente.
Val Díez, doctora en Farmacia y Directora General de Stanpa, ha advertido sobre los peligros para la piel y la salud del uso de perfumes falsos. Según explica, “los perfumes son productos muy complejos, que mezclan en diferentes proporciones numerosos componentes para aportarnos, tanto ese valor aromático que nos agrada, como la durabilidad adecuada. Esos ingredientes, sean de origen natural o científico, han de ser fabricados bajo estrictas garantías y han de someterse a estrictos controles para asegurar su calidad y su seguridad”.
Deben cumplir las normas establecidas
Detrás de la creación de un perfume hay muchos procesos que seguramente no se conocen, pero están ahí para garantizar que podemos usar perfumes con un solo interés: disfrutarlos. Los fabricantes de perfumes cuentan con sofisticados laboratorios y equipos de científicos que aseguran que todo cumple con los estándares que los consumidores exigen, de acuerdo con la exhaustiva regulación cosmética europea (Reglamento con más de 200 páginas de requisitos). Fundamentalmente consisten en asegurar que las instalaciones y procesos donde se fabrican son legales y seguras, que los ingredientes son asimismo legales y seguros y, por supuesto, asegurar la transparencia en el etiquetado y la información al consumidor.
Mónica Dopico, Inspectora Jefe de la Unidad de Delitos de la Propiedad Intelectual e Industrial de la Policía Nacional, comenta la evolución que a lo largo de su experiencia ha tenido lugar en los países de procedencia de las falsificaciones: “Si hace años lo más habitual era que las mismas se fabricaran en países lejanos, en la actualidad han proliferado los laboratorios clandestinos en Europa e incluso en España”.
La falsificación, un delito penado
Dopico asegura que el crimen organizado es quien está detrás de falsificaciones de productos, con delitos desde blanqueo de dinero a tráfico de armas y drogas, trata de personas y menores, que en algunos casos, llega a la esclavitud. Se estima que casi 250 millones de menores en el mundo trabajan en economía sumergida, desvelando alguno de los casos recientes, como el de una organización criminal con múltiples actividades que, entre diversos métodos de blanqueo de capitales, había creado una página online para la venta de perfumes.
Simulaba ventas masivas para blanquear y cuando tenían pedidos importaban productos falsos de China.Según datos de la Agencia Tributaria, en 2017 fueron intervenidos 3.100.000 productos falsos, de los cuales se incautaron más de 350.000 perfumes y cosméticos.