Meghan Markle es la «Princesa de Montecito» para sus vecinos
La Duquesa de Sussex es vista por algunos de sus vecinos como una princesa de la realeza que utiliza su influencia para conseguir mesas en restaurantes y otros privilegios.
La estancia de los Duques de Sussex en la lujosa urbanización de Montecito, en California, comienza a levantar suspicacias entre los vecinos. Casi dos años después de instalarse en su mansión de 14 millones de dólares, se podría decir que el príncipe Harry y Meghan Markle están padeciendo el típico síndrome vecinal que con el tiempo acaba surgiendo: los chismorreos.
Según información recabada en la zona por los reporteros de la revista Closer a la duquesa ya le habrían puesto un nuevo mote: «La Princesa de Montecito».
Los vecinos creen que Meghan usa su influencia a diario
El motivo no es otro que un cúmulo de acciones que, a ojos de sus críticos vecinos, habrían llevado a Markle a no ser muy popular en la zona. Más bien al contrario. De hecho, muchos consideran que algunas de sus decisiones diarias son verdaderas «payasadas» fuera de lugar.
Las fuentes citadas por el medio británico aseguran que Meghan y Harry intentan que su vida privada permanezca en secreto pero que utilizan su estatus como miembros de la realeza para influir en cuestiones diarias bastante más difíciles para el común de los mortales.
«Pasa la mayor parte de su tiempo en Montecito, pero se dirige a Los Ángeles cada semana varias veces». Aunque tiene un despacho propio en la vivienda y estancias donde realizar reuniones privadas, Meghan suele reservar en secreto una sala de conferencias en el hotel de cinco estrellas de Beverly Hills, conocido por los lugareños como The Pink Palace.
Utiliza su estatus para las reservas en restaurantes
Pero lo que ha levantado más suspicacias es que utilice su influencia conseguir buenas mesas en los restaurantes más cotizados de la zona. «Si va a Beverly Hills o West Hollywood a almorzar o cenar, generalmente llama con anticipación y solicita una mesa que esté completamente apartada», afirma la citada revista.
Cuentan sus vecinos que Meghan Markle suele salir a pasear por la mañana con sus perros a rutas poco transitadas que conoce de cuando era pequeña y creció en la ciudad. Y que el príncipe Harry parece feliz de ejercer como chófer o acompañante de su mujer en su atareada vida pública.