La historia del vestido lencero que popularizaron las top model en los 90

El vestido lencero es actualmente uno de los básicos de nuestro armario y se lo debemos, en parte, a las top model de los 90.

Foto: zara.com.

El vestido lencero, más conocido como slip dress, es uno de los básicos del armario. Su sencillez y elegancia lo convierten en nuestro mejor aliado cuando tenemos que acudir a un evento formal pero queremos ir cómodas. Este truco se lo tenían muy bien aprendido las top model de los 90, las primeras en popularizar esta prenda que se ha mantenido en tendencia hasta nuestros días.

El vestido lencero nació en 1934

Slip dress
(Fotos: Gtres)

El nacimiento del vestido lencero podemos situarlo en 1934, cuando la revista Vogue bautizó con el nombre de slip a la silueta de corte recto y estrecho. En aquel momento de entreguerras el slip dress hacía referencia a los vestidos que las flapper lucían en las fiestas.

Sin embargo, no sería hasta los años 90 cuando el vestido lencero viviría su época dorada gracias a diseñadores como Calvin Klein o Narciso Rodríguez. Éstos recuperaron esa silueta slip, eliminando todo tipo de adornos y enfocándose únicamente en la simplicidad y elegancia de sus líneas rectas. Y es que el vestido lencero se entendió en ese momento como una prenda para resaltar las curvas naturales del cuerpo, sin enseñar demasiado.

No se popularizó hasta los años 90

Vestido lencero
Fotos: zara.com y massimodutti.com

Esta idea se popularizó entre el público gracias a las top model de la época, como Naomi Campbell o Kate Moss, que lucían el vestido lencero en grandes eventos y alfombras rojas.

También celebrities como Courtnet Love o Tina Turner cayeron rendidas a la comodidad del slip dress, aunque ellas optaron por adaptarlo a su estilo con formas más punk, detalles de encaje y largos que dejaban poco a la imaginación, acercándose más al clásico camisón.

Esa versatilidad y capacidad para adaptarse a situaciones formales e informales son las que han llevado al vestido lencero a considerarse como un básico de armario. Si se combina con unos tacones es perfecto para una cena elegante, y si lo cambiamos por unas zapatillas o Converse y le añadimos una biker, puede ser un look de festival de lo más cómodo y sexy.

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