La sauna flotante sostenible que lleva la firma del estudio Herreros
El estudio de arquitectura español diseñó la sauna flotante Trosten, que navega frente a su creación más icónica, el museo Munch.
El agua es, sin duda, el elemento más importante para la vida, su configuración química única no sólo permite la creación de la existencia, también la mantiene, hasta tal punto, que la conexión con los seres vivos va más allá de la necesidad, vinculándose a los momentos de puro ocio o bienestar. De esta forma, no es extraño que las distintas culturas hayan creado espacios excepcionales donde disfrutar de ella.
Uno de estos espacios, por supuesto, son las saunas, en las que disfrutamos del agua en su versión más heavy: el vapor. Y ya que podemos disfrutar, mejor hacerlo a lo grande, pensaron algunas personas en Oslo, donde contrataron al estudio Herreros (que les llenó los ojos de lágrimas emocionadas hace poco al crear el Museo Munch), para que diseñara una sauna flotante frente a su obra magna.
Esta sauna flotante tiene sello español
Y así lo hicieron, los buenos de Juan Herreros y Jens Richter (socios y amigos o amigos y socios) se pusieron a la obra. Gestaron la sauna flotante Trosten (que nombre más noruego ¿no?) con un elegante estilo. Además, con unas singularidades que la destacan sobre el resto de saunas flotantes del puerto, el enclave más importante de la ciudad, y centro de reunión y ocio por excelencia.
El promotor no fue otro que la Asociación de Saunas de Oslo sin ánimo de lucro. Dejó que los arquitectos gestaran el barco con su personal imprenta. La sauna flotante posee una estética muy marcada, en forma de pabellón posee la cualidad de elevarse en forma triangular. Permite distintos puntos de vista, según la ubicación de los espectadores, que pueden llegar hasta 24 personas (ahí es nada).
Está creada con elementos reciclados
El anfiteatro sobre la sauna celebra su existencia, permitiendo que se utilice para distintos eventos. Además, a pesar de su singular forma, la sauna flotante posee el hito de ser la primera de este tipo universalmente accesible. Lo hace gracias al sistema de recirculación de vapor, que permite el uso de silla de ruedas en el escalón inferior de la plataforma. Este hito ya habla muy bien de las intenciones sociales de los gestores.
No obstante, todo mejora cuando nos enteramos que, además, la sauna posee un diseño sustentable que aprovecha al máximo la energía. Tiene elementos que la hacen responsable con el medio ambiente. Por ejemplo, utiliza materiales reciclados, como el aluminio utilizado en fachadas, con hasta un 75 % de volumen proveniente de elementos reciclados, con la singularidad que prestan a la envolvente, una faz colorida y dinámica.
Forma parte de un amplio entramado wellness
La sauna se mueve, para disfrute de sus usuarios, por la desembocadura del río Akerselva, codeándose con otras saunas diseñadas por arquitectos. Es parte de un sistema productivo con base en el wellness. Este enjambre se completa en el paseo marítimo, con hasta siete kilómetros de espacios verdes, paseos, playas, zonas de relajación, circuitos para bicicletas y hasta solárium.
Según el estudio Herreros, Trosten es el nombre noruego del pájaro Zorzal, un pájaro que emigra entre España y los países nórdicos, y que se asocia a la buena suerte (lo español siempre, o casi). Esta idea pretende enviar un mensaje sobre la imperiosa necesidad de entender la fragilidad del planeta, de esta forma, la sauna flotante funciona como un observatorio con vistas hacia la ecología del lugar.
Un espacio público solidario y social
Constructivamente, hablamos de un elemento con una estructura interior de madera. Esto permite la implantación rápida y efectiva, además de una reducción del CO2. Ésta se montó sobre la plataforma flotante de hormigón prefabricado, donde se colocaron el resto de elementos de la envolvente y del interior. Se hizo con madera certificada y baldosas de terrazo de gran porte, que aportan inercia térmica (ya sabes, concentran calor y lo liberan más tarde).
Como resultado final tenemos un espacio creador de actividades sociales, responsable y solidario con el área que le rodea. Un espacio seductor gracias a su forma arrítmica que permite distintas ubicaciones y sensaciones. Para más inri, con un nombre que evoca la suerte como elemento de cohesión… ¿Qué más se puede pedir, salvo disfrutarlo?
Fotografías cortesía de Einar Aslaksen