Una ruta de lujo para el corredor

Como les pasa a muchos corredores populares hay veces que me aburro de los recorridos que frecuento, pero hay uno del que creo nunca me cansaré. Se trata de la llamada “cuerda de Navafría” justo en la frontera entre las provincias de Madrid y Segovia, en la sierra de Guadarrama. El inicio del camino se encuentra en el puerto de Navafría desde la carretera M-637, y se puede reconocer porque acaban de hacer un pequeño parking para coches justo en la cima del puerto y al otro lado de el edificio que marca la salida del circuito de esquí de fondo que hay allí.

La ruta simplemente impresionante. Es un camino de tierra bastante ancho que permite correr a gusto y sin dificultad en el caso en que te cruces (infrecuentemente) con algún ciclista o gente caminando (están prohibidos los vehículos a motor), y las cuestas pronunciadas no existen, al menos hasta donde he llegado. Digo hasta donde he llegado porque en los años que llevo yendo ahí, he sido incapaz de llegar al final del camino corriendo. Lo máximo que he hecho son tiradas largas de unos 22 kms, por lo que sólo conozco más o menos 11 km y tengo entendido que si sigues se puede llegar al puerto de Somosierra, con lo que calculo serán unos 40 kms en total (prometo hacerlo en bici para comprobarlo).

El entorno es en su mayoría de bosque de pinos de montaña al inicio pasando a matorrales conforme avanzas y con varias fuentes en el recorrido. Al estar a bastante altura es perfecto para ir en verano cuando está apretando el calor, el domingo estuve allí y cuando salí a media mañana la temperatura era de 16 grados, perfecta para correr. Ahora bien, si vas en invierno prepárate para encontrar nieve (al camino también se le llama el Nevero de Navafría, por algo será) y temperaturas muy, muy bajas. Lo mejor son quizá las vistas, especialmente la que da al pantano de Lozoya y los pinares a lo largo del camino, en donde te puedes encontrar algún ciervo que otro si tienes suerte y seguro algunas vacas que tendrás que esquivar.

Pero al terminar de correr puede que empiece lo bueno de verdad, la verdadera recompensa después de un buen esfuerzo de tirada larga. La zona está plagada de estupendos pueblos para visitar y comer, aunque mi recomendación sin duda es llegar hasta la maravillosa Villa de Pedraza para degustar en alguno de sus numerosos y estupendos restaurantes un buen cordero lechal acompañado de un vino de Rivera, con previa de botellín sin duda. Es pura hidratación y proteína, muy necesaria para la recuperación tras el esfuerzo.