Stella McCartney toma las riendas

La diseñadora y empresaria toma las riendas del 100% de su marca.

Todo empezó en 2001. Stella McCartney hija del famosísimo músico de The Beatles quería dedicarse a la moda. Tenía todo lo que podía necesitar: talento, dinero y ganas de trabajar. Pero necesitaba detrás un grupo inversor que le diera lo que no tenía “solvencia y confianza para lanzar la marca” que llevaba y lleva su propio nombre. El grupo Kering por aquel entonces buscaba crecer vía compras. Alianzas con jóvenes y talentosos diseñadores que pudieran dar un valor añadido al grupo especializado en lujo. Se trataba de ampliar horizontes con marcas nuevas destinadas a los millennials y que también tuvieran una perspectiva de “lujo asequible“. Stella McCartney era perfecta para el objetivo de Kering y la firma francesa compró el 50% de la incipiente firma.

En estos 17 años juntos, Stella ha conseguido un nombre y un hueco en el mundo de la moda. La joven diseñadora se ha consolidado dentro del panorama mundial fashion y sobre todo Kering la ha apoyado durante la crisis financiera que ha azotado al mundo durante la última década. Expansión en Asia y consolidación en Estados Unidos y en Europa como firma de lujo asequible con una clientela de nicho que ha crecido al ritmo de la diseñadora.

Desde hace unos meses, Kering está en “otra guerra“. Quiere que su crecimiento se orgánico directamente centrado en el Gran lujo, o lo que los expertos denominan “el lujo de verdad”, y poco a poco se está deshaciendo de las marcas que bien no ha sido capaz de poner en valor (caso Puma), o que pueden volar solas porque ya tienen un mercado asentado. Y este es el caso de Stella McCartney.

La diseñadora aseguraba la semana pasada que era el “momento perfecto para recomprar el 50 % de su compañía y volar sola”. Y probablemente lo es. La recuperación económica es una realidad, el incremento de las ventas en el sector del lujo y el lujo asequible es objetivamente hablando un hecho, y la compañía tiene tesorería y músculo financiero para aguantar el tirón de la soledad. La gran cuestión es si Stella McCartney sola podrá enfrentarse a un mercado cada vez más competitivo en su segmento de negocio, sin el colchón de Kering. Lo sabremos en los próximos trimestres.

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