Publicaciones de Juan José Perez Monzón

La ilusión de tener un hogar especial es totalmente legítima, de la que no podemos desentendernos fácilmente. Es una guía sensorial que va ligada a la búsqueda de un futuro mejor o de un espacio donde sentirnos bien cada día. Crecer implica cambios, y en arquitectura no se para nunca de crecer, de mejorar, de experimentar con mayor a menor acierto. Desde luego, las herramientas informáticas han llegado para hacernos el trabajo más fácil, pero también para hacernos soñar aún más. Y en manos expertas e ingeniosas son armas que provocan felicidad y confort. En este artículo os presentamos la última obra ejecutada por el estudio de arquitectura MAD Architects, un edificio de apartamentos con un nombre sugerente: One River North, inaugurado este mes de octubre en Denver, Colorado. (Foto: Iwan Baan) El edificio pose un cañón rocoso en su interior La principal característica que hace notorio al edificio, que se alza hasta las diecisiete plantas de altura, es una hendidura en forma sinuosa en su perfecta fachada de cristal. Abertura que tomo forma de acantilado y que perpetra unos espacios muy interesantes dentro de la construcción. La imagen del edificio, evoca las formaciones rocosas que han hecho famoso al estado de Colorado. Dentro del edificio, con la fachada donde se advierte el corte irregular ligeramente circular, hay 187 viviendas listas para alquilar. Posee un podio con espacios comerciales de unos 836 metros cuadrados y un espacio con fachada acristalada. Pero claramente diferenciada del resto del inmueble, con toques similares a los que se ven detrás de la abertura practicada en la fachada, muy efectivos. (Foto: Parrish Ruiz de Velasco) A la parte diseñada en el centro del edificio se le ha dado el nombre de The Canyon (El Cañón, obvio), el espacio social definitivo, con unos 1.200 metros cuadrados de servicios divididos en cuatro plantas, y diseñado para evocar la erosión natural en zonas rocosas. Eso sí, es como un oasis debido a sus terrazas ajardinadas, fuentes y unas poderosas vistas de la ciudad, todo un guiño a los cañones de Colorado. Estos espacios, por supuesto, cambian la percepción que tienen los usuarios del edificio, convirtiendo su estancia en diferente a la que pudieran experimentar en otros inmuebles. Sus paredes formadas por elementos orgánicos conforman una textura icónica, y única, que contrasta fuertemente con la linealidad del muro cortina exterior, que ha sido remarcado con perfiles verticales. (Foto: Iwan Baan) Numerosos espacios comunes repletos de atractivo La sexta planta es la primera que recrea un espacio rocoso, con una abertura que cruza el edificio casi en horizontal hasta la novena planta, apareciendo en su centro una rama casi vertical que sobresale hasta la planta diecisiete. Estos niveles se comunican por una escalera exterior. Un digno exponente arquitectónico que brinda la oportunidad de disfrutar del ambiente, tanto diurno como nocturno. Se ha pensado en todo, incluso la vegetación introducida experimenta cambios según su ubicación. La de las faldas de las montañas de la zona, las que se han plantado en la abertura, y en la azotea, se han ubicado pinos de la meseta alpina de Colorado. Aunque lo mejor siempre está en la cubierta. Allí hay una hermosa piscina con cascada hace las delicias de los usuarios del complejo. (Foto: Parrish Ruiz de Velasco) Algunas viviendas tienen zonas a modo de cueva Esta cascada representa la fuente de la erosión plasmada en el inmueble, incluso en las columnas visibles, con diferentes grosores según su ubicación. Por supuesto, las residencias más afortunadas cuentan con sus propias terrazas en forma de cuevas, ideales para reconducir cualquier mala conversación (que diría un sabio), pero no os preocupéis por el resto de usuarios, ellos tienen más espacios singulares de los que disfrutar, como una gigantesca roca colocada en el vestíbulo, salas de reunión, spas para humanos y sus mascotas, y etc, claro. Si te lo preguntas, la construcción se ubica en el distrito RIver North Art (RiNo), una zona que ha roto con su pasado industrial. Abraza el arte y la vida bohemia, digna de amantes de la naturaleza y las actividades al aire libre (muy pocos no somos fans de esto). Según los arquitectos, el edificio responde también a la necesidad de crear vivienda que existe en la zona (nos suena de algo ¿no? Si al final el problema de vivienda va a ser universal…). (Foto: Parrish Ruiz de Velasco) Se emplearon materiales de bajo coste La construcción tiene un total de 32.000 metros cuadrados construidos, de ellos muchos son poco productivos al destinarse a usos públicos o sociales, a pesar del diseño disruptivo, esto no supuso un gran hándicap, dado que los arquitectos desarrollaron la idea con un coste mínimo. Emplean materiales fáciles de trabajar y de bajo coste, creando viviendas que pueden salir al mercado con un precio digno y otras que generan los necesarios beneficios. La estructura está ejecutada con hormigón armado. Tiene partes de elementos postensados, además, los cristales de la fachada principal están espejados. Esto contribuye a reflejar en su superficie el espacio circundante, haciendo más especial la ruptura estilo Cañón del Colorado. Las residencias van desde 2.760,00 € hasta casi 15.000 el ático. Tienes derecho a utilizar la piscina, las salas de ocio y el resto de espacios naturalmente artificiales (si se me permite la licencia).

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