El pelo en televisión sufre, sufre mucho. Secadores, planchas, cepillos, tirones, cardados, lacas, espumas… Lo que hace que cada poco tiempo haya que hacer un buen corte y sanear. Las antiguas tenacillas que se utilizaban en peluquería, eran muy agresivas para el cabello, ya que al utilizarlas a temperatura tan alta, acababan quemando el pelo y provocando la caída del mismo.
Sin embargo, si quieres cambiar un día tu look, siempre recurres a planchas de pelo o tenacillas. Hoy en día hay muchísimos productos para que el pelo no sufra, incluso si te lo lavas todos los días. Hoy te voy a presentar una rutina de secado de cabello, con el que evitarás que tu pelo sufra y se estropee.
Después de cada lavado hidrata tu pelo
Al salir de la ducha hazte una coleta con las manos en un lateral, tras la oreja, y la envuelves con una toalla. Retuerza la toalla para que absorba el agua. Nunca frotes el pelo, no sólo porque lo encresparás, sino porque húmedo es más débil y puedes partirlo.
Una vez eliminado el exceso de agua, yome aplico el spray revitalizante Cure de Icon –sin sulfatos-, un maravilloso baño de hidratación para el cabello que, además, lo protege contra el calor de secador y plancha. Si tienes un pelo muy encrespado, este producto es perfecto, ya que lo vuelve muy manejable.
Después quita el resto de humedad al pelo con el secador puesto en calor máximo. Aléjalo un palmo de la cabeza y sin la boquilla, agita la melena con las manos, un poco a lo loco. Así evitarás que el pelo se apelmace y no sufre tanto.
Con la ayuda del cepillo y secador conseguirás un alisado natural y con volumen
Cuando ya está prácticamente seco –lo notarás porque las puntas, lo último en secarse- ya no tienen ese look mojado-, es momento de poner la boquilla al secador. Para conseguir que el pelo te quede más o meno liso debes trabajar mechón a mechón el pelo hacia adelante, con la ayuda de un cepillo de madera tipo pala o esqueleto. La madera se calienta menos que los cepillos metálicos, con lo que el pelo sufre menos y la forma plana de pala o esqueleto te permite alisarlo mejor y más rápido que un cepillo circular.
Cuando hayas repasado toda la melena, le quitas la boquilla al secador –esto es muy importante-, pones el aire frío y vuelves a agitar la melena a lo loco con las manos –como cuando quitábamos la humedad-. Al enfriar el pelo rápido conseguirás varias cosas: más volumen, más fijación de la forma que le hayas dado y menos sufrimiento capilar. Mi secador es de la marca ghd. Seca el pelo muy rápido, casi en la mitad de tiempo que un secador normal, sin encresparlo y calentándolo menos que otros aparatos.
Nunca pulo las puntas con el secador. Con ningún secador. Primero porque soy torpe y no me sale como a los peluqueros de la tele, y segundo porque con planchas como la ghd –creédme, he probado muchas y ninguna se acerca a la textura con la que deja el pelo la ghd- el resultado es más rápido y menos dañino. Con un peine de los de toda la vida –sí, de los que usaban nuestros padres, esos valen- vas cogiendo mechones gruesos y sigues con la plancha el camino del cepillo, así te aseguras de no dejar ningún nudo por el camino. Por cierto, nunca, nunca, nunca, pases la plancha si el pelo tiene la más mínima humedad: lo freirás.
Si quieres darle un poco más de forma, coge los mechones sin el cepillo y, de arriba hacia abajo –con el mango de la plancha hacia arriba-, vete girándola mientras deslizas el pelo por ella. Cuanto más la gires en cada mechón más rizo tendrás. Si quieres ondas deshechas, riza mucho el pelo, con mechones gruesos, y luego pásate suavemente un cepillo de pala o despéinalo con los dedos.
Pero, por mucho que lo mimes, el pelo tiene que descansar. Es preferible recogerse una coleta y lavarlo en días alternos que hacerlo pasar todos los días por jabones, suavizantes, secadores y demás –le estás quitando sus aceites y su hidratación natural-. Y, como siempre, experimenta. Te llevarás más de una sorpresa. Positiva, claro.
Saliendo de mi faceta más formal, en The Luxonomist voy a mostrar mi día a día y responder a todas esas preguntas que me hacéis a través de las redes sociales. ¿Empezamos?