¿Cómo eliminar las arrugas de expresión? El Botox es la solución
Botox es en realidad el nombre comercial de la Toxina Botulínica tipo A. Una sustancia que inyectada en la piel consigue inhibir el movimiento muscular evitando así que se desarrollen las arrugas de expresión.
El Botox se extrae de la bacteria Clostridium Botulinum. Es la misma toxina que causa un tipo de intoxicación alimentaria conocida como Botulismo pero que, si se utiliza de manera correcta siempre por un médico especialista, es totalmente segura y normalmente no produce ningún tipo de efecto secundario. El botox ayuda a difuminar las arrugas y tratar distintos problemas médicos y estéticos:
En estética se utiliza para la eliminación temporal de las arrugas de expresión facial en frente, entrecejo y patas de gallo.
En medicina sin embargo se usa para el tratamiento temporal del control del parpadeo incontrolable o blefarospasmo; el tratamiento del estrabismo; la migraña crónica; la sudoración excesiva en axilas y pies; el control de las contracciones musculares severas del cuello y los hombros; y el tratamiento de la vejiga hiperactiva.
Cuando hablamos de tratamientos faciales, ¿en qué zonas se aplica?
Como hemos comentado anteriormente, se aplica en pequeñas dosis mediante microinyecciones. El objetivo es paralizar temporalmente los músculos faciales y atenuar las arrugas y las líneas de expresión.
Las áreas faciales que más se tratan con Botox son las arrugas del entrecejo; las arrugas alrededor de los ojos (patas de gallo); o los pliegues horizontales y arrugas en la frente.
¿Cómo actúa el botox contra las arrugas?
Al tratarse de una neurotoxina, el Botox actúa sobre el sistema nervioso, interrumpiendo los procesos encargados de estimular la contracción muscular.
Las inyecciones de Botox evitan la liberación de acetilcolina, un mensajero químico que ayuda a que las células musculares se contraigan. La toxina permite que los músculos se vuelvan menos rígidos.
¿Cómo se aplica?
En primer lugar, el cirujano limpiará la cara para eliminar impurezas y podrá marcar los puntos en los que se te inyectará la toxina botulínica. Para su aplicación, ésta se diluye en una solución salina y se inyecta de forma poco molesta directamente en el tejido neuromuscular.
Se necesitan varias inyecciones en diferentes lugares de la zona tratada para que la toxina se distribuya correctamente. Por lo general, el tratamiento dura alrededor de 10 minutos. La toxina botulínica tarda en hacer efecto de 24 a 72 horas.
Los efectos del Botox son temporales y duran de 3 a 12 meses, dependiendo del tipo de tratamiento, de la experiencia del médico y de la cantidad o dosis inyectadas. El Botox es un producto seguro que no suele tener efectos secundarios (leve dolor de cabeza, moretones e hinchazones moderados).
*Puedes saber más en doctormira.com
