¿Cómo se eliminan los tatuajes?
El carácter permanente de los tatuajes es un arma de doble filo, ya que muchas personas se arrepienten de sus tatuajes con el paso del tiempo.
Los tatuajes son dibujos que se realizan en la piel a partir de la inyección de sustancias colorantes bajo la epidermis. No se trata de una moda actual, los tatuajes se han utilizado desde tiempos remotos por las distintas civilizaciones con fines religiosos y mágicos, como manera de expresar valentía, para determinar la jerarquía dentro de una determinada comunidad… En las últimas décadas se han generalizado. Podemos encontrar tatuajes en personas de todo tipo de edades, sexo o estatus social; sobre todo con fines estéticos o para expresar su individualidad. Pero existen técnicas para eliminar los tatuajes.
Los tatuajes permanecen inmutables a lo largo de los años debido a que la tinta se inyecta en la dermis, que es la capa de la piel que permanece estable a lo largo de toda la vida; no como ocurre con la epidermis, que es la capa externa de la piel que renueva constantemente sus células. Pero ese carácter permanente de los tatuajes es un arma de doble filo, ya que muchas personas se arrepienten de ellos con el paso del tiempo.
Hay que tener en cuenta que los tatuajes son sencillos de hacer pero muy difíciles de eliminar, especialmente si han sido realizados por tatuadores no profesionales con pigmentos de mala calidad. Existen diferentes tratamientos indicados para su eliminación:
- Escisión quirúrgica: Es una técnica que se recomienda cuando el tatuaje es pequeño. Consiste en la eliminación de la piel tatuada. Una vez que se ha retirado la piel se cierran las incisiones con puntos de sutura. Puede emplearse para tatuajes de gran tamaño, pero requiere del injerto de piel de otra zona del cuerpo.
- Dermoabrasión: Es un procedimiento que consiste en la eliminación de las capas superficiales de la piel mediante la aplicación de un instrumento abrasivo que poco a poco va eliminado el tatuaje. Se suele emplear para eliminar arrugas, disimular cicatrices o para tratar secuelas del acné. Tras el tratamiento pueden quedar cicatrices y zonas de la piel con una tonalidad más pálida.
- Láser:Es la técnica más empleada para eliminar tatuajes. Consiste en la aplicación de luz de alta intensidad láser sobre el dibujo para destruir la coloración del pigmento fragmentándolo en pequeñas partículas que pueden ser reabsorbidas por nuestro organismo y eliminadas posteriormente a través del drenaje linfático. Se necesitan varias sesiones para conseguir buenos resultados. Si el tatuaje es de color negro o azul oscuro serán menos, puesto que la dificultad de este color radica en su alta densidad. En cambio, los colores claros, verdes, amarillos… son más costosos de eliminar. Las zonas en las que la piel es más fina, como puede ser la cabeza, el cuello, la muñeca, el pecho femenino… precisan de menos sesiones. En los brazos, las piernas y la espalda la piel es más gruesa y la tinta se encuentra a mayor profundidad, por lo que se necesitan más sesiones.
- Tratamiento de luz intensa pulsada: La luz pulsada intensa (IPL) ayuda a estimular la producción de colágeno aportando una mejora significativa en nuestra piel. Es un tratamiento que se emplea sobre las capas superiores de la piel con el objetivo de quemar el tatuaje. Se trata de una técnica menos dolorosa que el láser, además, requiere de menos sesiones. La piel necesitará varios meses hasta curarse del todo; por lo general, el paciente deberá esperar doce meses hasta ver los resultados finales.